El radicalismo de Córdoba vive en estos días momentos más que especiales, a pocos días de un clásico: su encuentro anual en la ciudad de Villa Giardino. La tensión y las opiniones encontradas son una característica para definir el momento actual y no hay nada que permite inferir que la situación pueda cambiar antes de ese retiro de dirigentes previsto para el 22 y 23 de abril.

Hoy, el socio mayoritario de Juntos por el Cambio se debate ante lo que parece ser el avance del gobernador Juan Schiaretti y de todo el peronismo provincial con el fin de que se quiebre la alianza provincial con el juecismo, según protestan los detractores de esta movida.

El ex ministro de Defensa de la gestión de Mauricio Macri y ex diputado nacional, Oscar Aguad, acusó concretamente al gobernador Schiaretti de trabajar para partir al radicalismo.

Pidió que “ojalá el diablo no meta la cola en el encuentro de Villa Giardino”, en clara alusión al peronismo y cuando se le pidieron detalles sobre lo que estaba afirmando explicó que hay una jugada del schiarettismo tendiente a convencer a intendentes de la UCR para desarticular Juntos por el Cambio.

Aguad estuvo en la grabación del programa Vuelo Nocturno de canal 10 y allí expresó su preocupación que es compartida por otro importante grupo de dirigentes.

También recalcó de manera contundente que es imposible que Juntos por el Cambio construya un frente electoral con el peronismo schiarettista y argumentó que su agrupación no hace alianza “con populismos”.

En el radicalismo hay una situación especial sobre la elección provincial de 2023: profundizar la alianza con el Frente Cívico y esperar la definición de una candidatura o avanzar para elegir un candidato propio y en ese sentido se propone a Rodrigo de Loredo.

Quienes rechazan elegir en el corto plazo la fórmula provincial, ponderan las recorridas provinciales de Juez y De Loredo y argumentan que luego que finalicen sus giras debe tomarse una decisión, consultando encuestas por ejemplo.

Los duros rechazan someterse a encuestas para nominar los candidatos principales. En definitiva, se niegan a aceptar a Juez. Aquí se ubican diferentes sectores alineados con intendentes y también una mayoría del PRO.

Hay intendentes radicales que prefieren perder la elección de 2023 y reacomodarse de cara al futuro “antes que entregar el partido al juecismo”, según razonan.

Hace unos días, en una reunión del Comité Nacional, en Buenos Aires, la intendenta de Juárez Celman, Myrian Prunotto, le planteó al ex intendente Ramón Mestre su oposición a cualquier entendimiento con el Frente Cívico.

Prunotto militó en el mestrismo durante años, pero en los últimos tiempos ha tomado distancia y mantiene un excelente vínculo con las autoridades provinciales, especialmente con el schiarettismo y con el intendente de Córdoba, Martín Llaryora.

Obviamente, la intendenta de Juárez Celman no está sola en esto ni su postura surge de una maniobra improvisada. Es que hay varios intendentes que quieren una fórmula “radical radical” y se anotan para una eventual interna entre hombres y mujeres de la UCR con aspiraciones provinciales.

Por eso Aguad, entre otros, insiste que la probable influencia del gobierno provincial en las ciudades gobernadas con el radicalismo tiene un solo objetivo: impedir que la oposición vuelva al poder en 2023.