La Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación difundió que la Remuneración Imponible Promedio de los Trbajadores Estables (RIPTE) en enero ascendió a $555.269, quedando más de un 7 por ciento por debajo del Costo de la Canasta Básica Total (CBT), o lo que es lo mismo, debajo de la línea de pobreza.

Cabe recordar que según el Indec, el valor de una CBT alcanzó en enero de este año los $596.823. La Canasta Básica Total representa el total de los gastos de una familia de 4 integrantes para sostener su vida durante un mes, y a diferencia de la Canasta Básica Alimentaria, además de alimentos incluye alquiler, servicios, vestimenta, salud y entretenimiento, entre otros ítems.

Pero la situación es aún más preocupante, ya que el RIPTE se realiza en base a los sueldos en bruto que cobra un trabajador registrado y no en relación con el salario neto o de bolsillo. De esta manera, la diferencia es aún más significativa, ya que a los $555.269 en bruto, hay que restarle cerca de un 20 por ciento de cargas sociales, aportes jubilatorios y otros, con lo que el salario de bolsillo promedio queda en torno a los $460 mil, es decir $136 mil por debajo de la línea de pobreza.

La otra cuestión que merece ser aclarada es que es un promedio entre todos los salarios registrados, entre los que se cuentan los que están por encima de ese número, como también los que están por debajo de la línea del promedio de $555.269.

Un año atrás, el salario promedio de los trabajadores en blanco alcanzaba para hacer frente a 1,23 de la Canasta Básica Total (CBT), mientras que en enero de este año quedó por debajo, por primera vez desde 2016, año en que el Indec volvió a medir la Canasta: con un salario promedio se llega a cubrir el costo del 0,93 de una CBT.

En enero de 2023 e igual mes de este año, la CBT aumentó un 264,9 por ciento, mientras que los salarios se ajustaron un 175,5 por ciento, o sea un 89,4 por ciento menos.

Desde distintas consultoras económicas coniciden en que la situación va a empeorar con los datos de febrero y marzo, meses en los que la inflación seguirá en dos dígitos, mientras los salarios no aumentarán al mismo ritmo, con lo que habrá más personas que se convertirán en pobres, aún teniendo un empleo registrado.

A su vez, ese cuadro repercutirá negativamente en la profundización de la recesión. Con caída en el poder de compra de los salarios, las familias recortan los consumos y las ventas van en la misma dirección. Ese cuadro también impacta en las industrias, que producen menos porque hay menos demanda por parte de los comercios.

Esa coyuntura también puede impactar en el empleo, con recortes en los puestos de trabajo, suspensiones o adelanto de vacaciones.