El consumo de vino viene en caída, según lo indican los despachos de las bodegas del mes de enero 2024. La comercialización de vinos al mercado interno tuvo en el primer mes del año una caída del 9,4% en el vino fraccionado. La baja en vinos blancos fue de 4,2% y en vinos de color el 11,6%.

Según los datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura de enero, los despachos de botellas de vino cayeron un 10,5%. Los vinos de 651 a 750 centímetros cúbicos cayeron un 15,4% y las botellas grandes de hasta un litro y medio resistieron más, aunque bajaron un 2,9%.

El Tetra Brik consumido por los sectores de menos poder adquisitivo tuvo una baja del 5,1% comparado con enero del 2023. Ni la damajuana, que en época de la pandemia quiso resurgir, creció. Tuvo una fuerte caída en los despachos de las bodegas del 27,8%. El vino en lata que parecía ser la promesa, no logra imponerse, cayó un 58,5%. En épocas de alta inflación y crisis el Bag in Box podría ser una salida, pero no esta vez. En enero sufrió una baja 46,4%.

En enero de 2023 se despacharon 551.471 hectolitros de vino y en enero del 2024, apenas 499.606, lo que marca la baja de 9,4%.

Daniel Rada, director del Observatorio de la Corporación Vitivinícola, señaló: “en 2024 se va a acentuar la caída por la pérdida del ingreso real, se puede repetir una caída similar al 11%. Lo que primero se retrae es el consumo de productos que no son esenciales y ahí entran las bebidas con alcohol. Competir con la cerveza no es fácil, tienen otros márgenes y otra flexibilidad de precio. Siempre que la cerveza este más bajo que el Tetra y las botellas de vino te hace sentir el impacto. En 2023 aumentó menos que el vino y eso va sacando consumo”.  

Para tener un mapa del consumo Rada explicó que “entre el 85 y el 90% del consumo interno por retail son vinos de precio módico menores a $5.000.  El consumo de vino Premium y super Premium es de un 5 a un 10% como mucho. El grueso es el cartón y las botellas de precios medios y bajos. El vino en Tetra tiene un consumo menos sensible”.

Es un año difícil para el sector, si bien la cosecha es buena, más comparada al año pasado que fue uno de los peores años en la historia. En las principales bodegas coinciden en que es un año incierto. “Estamos tan perdidos como el resto de los sectores, no sabemos cómo va a evolucionar la macro, esperamos que se reactive. Estimamos que la cosecha será de 1.800 millones de kilos. La exportación sufrió su deterioro en el 2023, cerró un 25% abajo. Un poco por el retraso cambiario y porque los mercados internacionales están con retracción. En el mundo, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y China cerraron con valores negativos. La mala noticia es que se está importando menos vino fraccionado tinto que es lo que más exporta Argentina. Importan más vino blanco fraccionado y menos vino tinto”, sostuvo Rada desde el Observatorio de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR).

A menos que haya una reactivación, todo indica que será un año difícil para el sector vitivinícola.

Fuente: BAE Negocios.