Una de las camisetas más bonitas y originales es la de Croacia, que hace alusión a su escudo y éste a un tablero de ajedrez. 

Dice la historia que, en el siglo 10, el rey de Croacia Etiepan Dzislav, fue capturado por los venecianos, que se apropiaron también de toda la costa de la Dalmacia. 

Según la leyenda, el rey jugó tres partidos de ajedrez contra el Duce, máxima autoridad de la República de Venecia. Ganó el rey y recuperó su libertad, pero se perdió el reino independiente, que luego siempre estuvo bajo distintos imperios.

En el siglo 20 fue parte de Yugoslavia y se independizó recién en 1991. Recién ahí surgió la camiseta ajedrezada.

En realidad, había existido una selección propia a principios de los años 40 pero no reconocida por la FIFA. Era la selección del Estado Croata del régimen Ustacha, un régimen títere del nazismo. Lamentablemente muchas reminiscencias de ese nacionalismo extremo perduran y se mezclan con esta selección. 

En el último mundial, el de Rusia 2018, cuando golearon a la Argentina 3 a 0, varios jugadores festejaron en el vestuario cantando el Bojna Cavoglave, un himno fascista de aquella época.