Sabemos, casi desde principios de la historia, que la relación canina y felina, no ha sido una de las mejores. Sus diferencias en el carácter hacen que sea uno de los principales rasgos que marca una línea separativa.

Este perro planta bandera defensiva al emitir ladridos detrás de una puerta de vidrio, a un gato que se encuentra en el jardín. El o la dueña, le abre la puerta y sale corriendo en dirección al animal felino. Aunque de repente… es reprendido y regresa a su lugar de origen, llorando.

Calculamos que la idea del pequeño perro es la de jugar, pero su actitud un tanto agresiva, provocan una reacción en el gato, y como decía la icónica frase de un sketch de humor de los noventa “sucede lo que todos suponemos: la hecatombe total”

Bandera blanca, paz para estos dos, y que su relación prospere hacia mejores horizontes.