Justo en esta época, con el contexto sanitario, el recibir una vacuna implica toda una preparación. Muchas veces, pone nerviosa a las personas, ni que hablar a los animales. Muestra de ello, es esta escena en donde un animal sufre por la intervención de la veterinaria, mientras que otro, se esconde contemplando los gritos del primero.

Resulta muy gracioso ver cómo el segundo perro se encuentra establecido sobre sus patas traseras, con la lengua afuera y sus patitas delanteras cruzadas. Síntoma de sufrir un terror abismal por dentro. Esperemos que su turno y su sufrimiento, haya sido mucho mas leve que el perro que grita.