Al menos una vez en la vida nos toca cargar un elemento contundente, ya sea en un transporte flete o en nuestro propio vehículo. Pero qué sucede cuando el producto es demasiado grande, que sobresale y encima tenemos el viento en contra, sin mencionar que estamos transitando por una ruta. Esta es la historia de un hombre que utiliza toda su fuerza para mantener unas, al parecer, planchas de aluminio en la parte trasera de un utilitario. El viento en contra, producto de la alta velocidad del coche, provoca una fuerza contraria a la sostenida por el muchacho, hasta que finalmente lo derriba, provocando la caída del material. Esperemos que las planchas hayan quedado intactas y que no sufriera pérdida del material.