Alejandra Ponsa y su familia dormían el martes pasado en su casa de barrio Los Naranjos sin pensar que en minutos serían desvalijados. Se trató del segundo robo en dos semanas.

"A las cinco de la mañana mi marido nos levantó a los gritos porque escuchó el motor del auto", comentó la mujer sobre el último asalto.

Los ladrones escaparon y los dejaron encerrados con la llave de uno de los hijos de Alejandra. Para poder abrir otro de los hijos tuvo que saltar por el techo cuando los delincuentes ya se habían fugado.

Ladrones desvalijaron una casa en Los Naranjos

Además del auto la familia cordobesa perdió tres celulares, una notebook y ropa. "A los días vamos viendo, mis hijos me dicen 'mamá falta tal cosa, mamá falta tal otra'", dijo la mujer.