La justicia de Córdoba condenó en un juicio abreviado a SDT a la pena de 11 años 11 meses y 15 días de prisión, luego de que el acusado se declarara  culpable de abuso sexual gravemente ultrajante continuado y corrupción de menores agravada en concurso ideal en contra de cuatro víctimas.

Los abusos fueron cometidos en 2013 y 2014 en Jesús María y Colonia Caroya, en contra de niñas que tenían entre 7 y 13 años en ese momento. Las víctimas eran amigas de la hija del abusador y aquella estuvo presente en la mayoría de las ocasiones en las que tuvieron lugar, según publica La Voz.

Las víctimas atravesaron un proceso que les llevó varios años para lograr tomar la dimensión real de los abusos sexuales padecidos  y denunciar al victimario (de 52 años), algo que ocurrió recién en enero del presente año.

“Él nos amenazaba dándonos plata, nos compraba helado o chupetines, cosas así, y nosotras no decíamos nada. Las cosas estas pasaban al frente de su hija, éramos tres: yo, su hija y la otra chica. A su hija nunca le hizo nada al menos en frente nuestro. A mí ya la otra chica sí. Él todo lo tomaba como un juego ”, relató una de las víctimas en las entrevistas en Cámara Gesell.

Los peritajes realizados a las víctimas, aunque fueron concretados varios años después de los abusos sufridos, no detectaron ninguna tendencia a la fabulación, a la mitomanía, a la confabulación ni la a simulación, según los profesionales intervinientes. 

Las hoy adolescentes indicaron que los abusos sufridos condicionaron su vida sexual posterior, y que no pudieron evitar sentir asco y bronca cada vez que veían a su victimario ya que recién fue apresado en febrero de este año.

En dos de los peritajes psicológicos se determinó, además, que  las denunciantes padecen síndrome de estrés postraumático, una de ellas crónico.  

El informe de los peritos coincide en la descripción de las emociones negativas que vivieron y viven quienes padecieron los abusos: “Incapacidad persistente de emociones positivas, hipervigilancia, problemas de concentración, alteraciones del sueño, recuerdos de situaciones traumáticas, creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo ”.

Una de las víctimas: “Presenta signos de contenido fóbico y ansiógeno con elevado nivel de angustia, estado emocional depresivo crónico”, agrega el peritaje oficial citado en los fundamentos del fallo.

Fuente: La Voz