La gestión que encabeza Martín Llaryora decidió, en las últimas horas y con escaso aviso, decretar una nueva suba en el boleto de transporte urbano de pasajeros en la ciudad de Córdoba.

Y lo hizo con un fuerte ajuste, bajo el “objetivo garantizar el servicio ante la permanente suba de costos”. El impacto sufrido por las empresas concesionarias con la última devaluación fue, así las cosas, el motivo central.

Desde este viernes, cada pasada cuesta 185 pesos.

Se concreta así un incremento del 86,86 por ciento en tan solo 27 días. De los $ 99 a hoy, pasando por los ciento veinte vigentes hasta ayer.

Posiblemente cuestiones electorales demoraron el ajuste con el mentado “boleto federal” como epicentro: Rosario y Santa Fe hicieron el paso a $ 120 (ya en el olvido) antes de aquel 19 de agosto.

El municipio realizó la cuenta interanual en la escueta comunicación oficial de este jueves, pasadas las seis de la tarde: “Desde septiembre de 2022 a la fecha, el boleto del transporte urbano de la ciudad registra una suba del 117%, por debajo del 132% de inflación acumulada en el mismo período y del 120% de incremento que sufrieron los combustibles”.

En tierras cordobesas da la impresión de que no sólo jugaron los comicios provinciales y municipales, sino que la presencia de Juan Schiaretti también lo estiró a las PASO.

Eso sí, los reclamos por las deficiencias en la prestación no cesaron, más allá de los esfuerzos de la estatal Tamse.