El pasado jueves una mujer fue víctima de una estafa en Córdoba que ocurre con más frecuencia de la que parece.

Regina tenía en venta una cocina por Marketplace a 20 mil pesos y la contactó un hombre que afirmaba ser de Río Tercero y que quería comprar la cocina para su hija que vive en Córdoba.

Según afirmó ella, le dio la sensación de que tenía tonada campesina y en todo momento le manifestó que estaba muy interesado, a tal punto de que ni siquiera quiso verla antes y le dijo que le iba a transferir la plata para que bajara la publicación de Facebook y poder quedársela él. Ella accedió y dio de baja la publicación, esperando la transferencia de dinero.

Da la casualidad de que Regina justo se fue al Banco BBVA, al que pertenece su cuenta, para hacer un trámite. Estaba esperando que la atiendan y el hombre en cuestión le manda el comprobante de la supuesta transferencia del Banco Macro pero en el monto decía $200.000 en vez de $20.000, es decir un 0 más.

Si bien no podía sacar mucho su celular, Regina se percató del monto erróneo. Aunque no le habían notificado aún de la transferencia, le avisó al hombre que se habían confundido con el monto. 

En ese momento, el hombre la comienza a llamar pero ella no podía atender ya que estaba en el banco y le dice que le pase un CBU para poder transferirle la diferencia de dinero. Sin embargo, él le pedía que por favor la atienda.

Entonces ella salió del banco para poder atenderlo. El hombre parecía desesperado y afirmaba que, en efecto, había habido un error en la transferencia.

Regina les dijo que se queden tranquilos y que le pasen un CBU para devolverles el dinero. Sin embargo, él le dice que su mujer, quien había hecho la transferencia, estaba haciendo el reclamo al banco. 

El engaño del supuesto banco

Ni bien corta con el hombre, la llaman de otro teléfono y, al contestar, del otro lado de la línea un hombre afirmaba ser empleado del Banco BBVA y le comunica la situación ocurrida. Allí afirmaba que se habían comunicado desde el Banco Macro para pedir el bloqueo de su cuenta por haber recibido una transferencia equivocada.

Entonces, el supuesto empleado del banco le explicaba que su cuenta se encontraba congelada para que no pudiera recibir la transferencia. Al tener el celular ocupado con las llamadas ella no podía entrar a verificar su homebanking.

Incluso en un momento pudo entrar a la aplicación del banco pero de casualidad le salía un error y no podía entrar para verificar el estado de su cuenta y lo asoció al supuesto problema de la cuenta congelada.

Luego de eso, el hombre le indicó que tenía que dirigirse a un cajero automático y le explicaba que debía realizar una verificación de los fondos para poder vincular el monto que tenía en su cuenta y el que le habían transferido erróneamente. Ella justo estaba en el banco y se dirigió a un cajero.

El supuesto empleado del banco le preguntó cuánta plata tenía en su cuenta y Regina le dice que $39.000. Supuestamente esa consulta era para poder identificar cuál era el dinero de ella y cuál era el transferido incorrectamente.

El momento de la estafa

Cuando Regina fue al cajero automático, el hombre le indicó que vaya a la opción de realizar una transferencia. Luego de poner el CBU correspondiente, el cajero le pedía que ponga un código que ella no recuerda de qué era y el hombre le dice que ahí tenía que poner el monto de los $180.000 que debía devolver.

Sin embargo, le dice que coloque dos ceros más, es decir "18000000" y le decía que esos ceros de más eran por los centavos.

En el paso siguiente fue cuando se realizó la estafa. La pantalla le decía que ingrese el monto, Regina dudó y le consultó al hombre, que le dijo que ahí tenía que poner 39.000 (el monto que tenía ella en su cuenta).

Eso le pareció raro por lo que le preguntó qué tenía que ver el dinero que tenía en su cuenta con la devolución del monto erróneo y él le afirmó que era porque debían vincular ambos montos para desbloquear la cuenta. Ella confió e ingresó el monto.

Luego de eso, la pantalla decía que se había realizado la operación e imprimió el comprobante que confirmaba que había transferido $39.000, todo lo que tenía en su cuenta. Allí cayó en la cuenta de que había sido estafada.

Para colmo, el hombre en ese momento le dijo que tenía que realizar el mismo procedimiento en su cuenta de dólares pero allí se negó rotundamente.

Entonces, le dijo que no iba a realizar ningún otro trámite e iba a hacer la consulta directamente en la sucursal en la que se encontraba. Ella se sentó a esperar y, a los pocos segundos, el hombre le corta.

Inmediatamente le habló al supuesto dueño de los $200.000 exigiéndole que le devuelva el dinero pero no volvió a aparecer.

Regina no podía creer lo que había acabado de ocurrir. En ese momento recordó que le habían pasado un comprobante de pago, fue a verlo y se dio cuenta de que estaba falsificado. Al momento de recibirlo estaba en el banco y no se lo puso a ver en detalle.

El comprobante que le mandaron a Regina
El comprobante que le mandaron a Regina

Cuando finalmente la atendieron en el banco ella explicó la situación y le dijeron que sucede con mucha frecuencia y que lamentablemente el banco no tiene nada que ver porque técnicamente no hubo actividad ilegal o robo sino que ella realizó una transferencia.

Para colmo, al verificar el CBU al que transfirió el dinero vio que era de un cliente Brubank y el empleado del banco le dijo que, al tratarse de una billetera virtual, la situación se le complicaba aún más. Ella ya realizó el reclamo a Brubank pero aún no ha recibido respuesta.

Aprovecharse de la buena fe

Regina en todo momento se puso en el lugar de las personas que realizaron la supuesta transferencia equivocada y actuó en consecuencia. Desde el momento en el que interpretó que se podía tratar de personas del campo y que por eso no entendían bien los mecanismos virtuales hasta comprender la desesperación por perder el importante monto de dinero.

Además, los mismos estafadores la llevaron a la situación de desesperación. Cuando ella ve el comprobante y advierte el monto rápidamente la llamaron las personas implicadas y, ni bien cortó con ellos, la llamaron desde el banco.

En ningún momento ella pudo frenarse a pensar si en verdad era correcto lo que le pedían que haga. Solo cuando vio el comprobante y cayó en la cuenta de que había transferido todo su dinero pudo entender que había sido estafada.

Los delincuentes aprovecharon la empatía y buena fe de Regina y se aprovecharon de ella para poder estafarla.