En fotos: crónica del último búnker de Juntos por el Cambio en Córdoba

Que el acceso de la prensa al lugar indicado haya sido tempranero no justificaba su vacío total pasadas las 17:00.

La verdad es que, pese al avance del tiempo y las ganas de un núcleo de dirigentes para sostener alguna expectativa con el paso del tiempo, el búnker siempre estuvo vacío de chances.

El manejo de la pantalla gigante y del escenario fueron botones de muestra. Medios nacionales y locales se encendieron después de las 17:30, pero no llegaron a estar en línea mucho más de una hora.

La llegada de Marcos Carasso, el titular de la Unión Cívica Radical a nivel provincial fue la primera. Pero los nombres de sus correligionarios no abundaron después. La falta de optimismo fue notoria desde allí.

La mochila pasó a quedar en manos de dirigentes del Pro. En definitiva, los dueños de una derrota que significaba, también, ceder cuatro diputados nacionales.

La diputada Laura Rodríguez hizo el mayor esfuerzo. La primera ladera de Bullrich en la provincia debía poner la cara. Sólo valoró el voto de las personas mayores de 70 años y el crecimiento en el número de votantes.

Fue también quien le puso “color” a los tensos minutos, con el ofrecimiento de alfajores con la cara de Patricia Bullrich “hechos por una Pyme cordobesa”.

Soher El Sukaría y el presidente del partido amarillo en tierras cordobesas, Oscar Agost Carreño, también pusieron la cara.

Pero quien mayor cantidad de tiempo atendió a la prensa e intentó extender algún interés en los comicios fue Luis Picat.

El intendente de Jesús María, listo para asumir como diputado, fue la cara que eligió Bullrich para encabezar la lista. Fue reconociendo, con el avance de sus declaraciones públicas, que los números no daban.

El fugaz paso de Héctor Baldassi o Juan Hipólito Negri también dio pie a conjeturas respecto al futuro inmediato. La cohesión no será sencilla.