La historia de Claudia Marisa Sosa de 57 años, quien padece una severa patología en la vista, es una entre tantas de las que deben enfrentar muchos afiliados a empresas de medicina prepaga, cuando requieren cobertura de su afección. En este caso, la empresa Medifé demoró la respuesta para cubrir el tratamiento que necesitaba, provocando una agudización de la enfermedad.

“Tengo una miopía magna o severa, que suele complicarse con maculopatía”, lo que afecta la visión central, afirmó la mujer. Luego agregó que la patología que presenta tiene tratamiento con “inyecciones en el ojo, para lo que se utiliza una medicación para evitar la formación de nuevos vasos, que es lo que impide la visión”.

Sosa explicó que durante la pandemia obtuvo las autorizaciones correspondientes para el tratamiento, pero este año el cuadro se agudizó. “Presenté los papeles en tiempo y forma el 18 de octubre” y la empresa demoró la respuesta hasta ahora con diferentes motivos, dijo.

En esa dirección, aseguró que las firmas de medicina prepaga tienen esa actitud con el objetivo de provocar un desgaste que culmine en que el paciente “termine pagando de su bolsillo lo que la prepaga o cualquier mutual debe pagar”.

Recordó que tuvo que “posponer el tratamiento porque no realizaron la autorización” en tiempo y forma. “Tienen por ley 72 horas o diez días hábiles para la autorización”, señaló. Ante la demora, presentó una intimación personal ante Medifé. 

“Cuando el tratamiento no es sustituible, cuando la demora empeora la enfermedad, nos da la posibilidad de realizar la presentación, es nuestro derecho”, resaltó. Luego de presentar el reclamo escrito, finalmente Medifé le brindó una respuesta parcial.

“Me dieron un cupo de tres dosis para 2022”, lo que resulta insuficiente, aseveró. Finalmente, expresó que en caso de que la empresa no cumpla con la continuidad del tratamiento, acudirá a instancias legales para lograr el objetivo.