Se ha ido esta tarde Sonia Torres. Y decirle querida es quedarse corto porque Sonia Torres ha sido para muchos de nosotros como una gran madre. Una persona que nos ha salvado a los cordobeses y nos seguirá salvando.

Créanme que no estoy exagerando, Sonia Torres ha sido una persona extraordinaria, una luchadora que jamás bajó los brazos

Desde el mismo momento que el genocida (Luciano Benjamín) Menéndez y su banda de torturadores, secuestradores, ladrones, violadores y asesinos se llevaron a Silvina Parodi, su hija, y Daniel Orozco, su yerno, allí empezó otra vida para Sonia.

Lejos de achicarse Sonia, con esa cruz impresionante que el destino le puso en su camino, se la puso al hombro y salió a luchar de una manera tremenda.

Sonia Torres fue, es y será lo bueno de Córdoba. En una Córdoba compleja, recalcitrante, insoportable por momentos, con algunos hitos históricos que nos rescatan y sostienen.

Allí está Sonia Torres junto a Emi D'Ambra y otras luchadoras que fueron al frente en los perores momentos, la dictadura, marcaron un camino.

Sonia con ese pañuelo gigante que siempre llevó, con esa mirada a veces sonriente y a veces como perdida, que pregunta "¿nieto donde estas, quien se apropió de vos? te estoy buscando. Nieto querido Efraín, ¿dónde estás?".

Se sabe del nacimiento de su nieto en la Maternidad Provincial, se sabe que la llevaron a silvina al Buen Pastor, todo eso se sabe. También se sospecha que una familia poderosa se lo apropió.

Una cadena de encubrimientos y complicidades de monjas y de curas.

Una lucha interminable pero una lucha sostenida con una altanería y una hidalguía de esa personas que son únicas.

Sonia Torres fue una persona única.

Quedan un montón de notas periodísticas, ojalá nosotros les mostremos a nuestros hijos y nietos cosas sobre Sonia Torres. Es una espejo que está ahí, es para mirarse, escucharla y seguirla.

Estamos tristes, pero por otro lado, después de tanta lucha Sonia ya debe estar con Silvina. Así que lo único que quiero decirte Sonia querida es gracias por tanto y saludos a Silvina y Daniel.