Los nombramos así para resguardar su identidad, por el riesgo que corren ante la amenaza presente de familiares y de el padre, acusado de violencia de género y abuso.

Cuando se nombran las frías estadísticas de pobreza y violencia de género se encubren los padecimientos cotidianos que deben enfrentar las víctimas. 

M., con 12 años, acudió a la planta de Canal 10 en barrio Marqués para pedir una mano, visibilizando la situación extrema de pobreza y vulnerabilidad, en un contexto de violencia de género.

Madre e hijo la pelean a diario para sobrevivir. No tiene trabajo y la casa está a medio terminar.

Reclaman la presencia del Estado provincial, municipal y del Polo de la Mujer, para encontrar una respuesta ante la angustiante situación que atraviesan. 

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