Por orden judicial, una mujer musulmana podrá rezar en la mezquita en el mismo espacio físico que ocupan los hombres, sin una barrera física que la separe de ellos.

El Juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género de 4° Nominación de la ciudad de Córdoba consideró que la mujer tiene derecho a compartir alimentos y otras actividades del culto con los varones.

Según la denuncia, la mujer ya gozaba de estos derechos en la mezquita. Sin embargo, la situación se revirtió tras la llegada de un nuevo iman que impuso reglas antiguas.

La denunciante afirmó que el iman la obligó a rezar tras una biblioteca separado de los varones y le impedía la conversación y la ingesta en común con los varones de la comunidad, después de la oración. 

La jueza Mariana Wallace expresó que la denunciante “tiene derecho a practicar el rezo sin una barrera física que la separa de los varones y participar de las conversaciones y consumo de comida tras el rezo en igualdad con los varones, como lo hacía con el anterior imán”. 

“Son justamente esos valores de tolerancia, libertad y respeto mutuo los que obligan a este tribunal a recordar al denunciado, que su imposición de volver a colocar una biblioteca delante de la Sra. S. en oportunidad de rezo, como así impedirle que comparta las conversaciones e ingesta de comida tras el rezo, no respeta a esta mujer singular”, concluyó.