Versiones hablan de ubicar al agresor verbal, en primer término (ya estaría identificado por los dirigentes) y si es socio, aplicarle los artículos del estatuto del club que se refieren a las obligaciones de los socios.

Pero también podría corresponderle un llamado de atención a Pablo Vegetti, quien se extralimitó, según lo que dicen algunos dirigentes tras el incidente, pues fue claramente quien mostró su malestar por haber sido centro de los agravios.