Enrico Becuzzi es italiano y tiene 47 años. Hace 26 que compite para ganar un partido y poder entrar al ranking de la ATP, pero no se le da.

El Wall Street Journal le dedicó unas hojas en el periódico y lo nombró “el retador del tenis”. En su historia, contaron que Becuzzi viaja desde China hasta Sudamérica en busca de ese soñado triunfo. 

El 16 de diciembre fue la última vez que el tenista entró al court. En ese caso lo hizo junto a tenista turco Emir Sendogan como pareja, en Turquía.

Ese día perdió de nuevo la oportunidad de entrar a la ATP cayendo contra los rusos Panin y Zubrov. Después, la temporada de tenis se canceló por la pandemia del coronavirus.

“Empecé a jugar tarde, a los nueve años, cuando mi papá me regaló una raqueta de madera. Me llevó a un frontón que teníamos en casa para que aprendiera a pegarle a la pelotita. Desde ese momento me enamoré del tenis. Crecí mirando a los cuatro mosqueteros de los años 80: Lendl, McEnroe, Wilander y Connors. Y a un genio: Guillermo Vilas”, asegura Becuzzi.

“El tenis es mi pasión. También comencé a competir tarde, a los 21 años. Me decían que ya era grande. No me importó. No hay edad cuando se trata de cumplir un sueño”, dijo. Pero también reveló un detalle increíble: “Una vez en 2003, en un torneo en Sofía, estuve a punto de ganar mi primer partido. Al día siguiente estaba entrenando más fuerte. Hasta que tenga fuerzas y ganas lo voy a intentar. No quiero abandonar. Busco una victoria, solo una, y después me retiro”.

Via Radiofonica