Si la pandemia puso en jaque las economías de pequeñas y medianas empresas, de multinacionales y de países enteros, la economía de los clubes de fútbol no es la excepción: todos están evaluando cómo harán para pagar los sueldos de abril, que se abonan en los primeros días de mayo. Y no los sueldos de los futbolistas, que en la mayoría de los casos tienen cierto margen, sino los sueldos de los empleados y las empleadas de cada institución. Esa es la mayor preocupación que tienen las dirigencias por estos días. 

La asfixia es más grave en el Ascenso y en algunos clubes chicos o medianos, pero a los grandes también les llegó la crisis generada por el coronavirus. De hecho, según relevó PERFIL, cuatro de los cinco grandes se inscribieron esta semana en el programa Repro, relanzado por el Gobierno para empresas (luego extendido a otras formas de organización) que superen los cien empleados. Esta línea de asistencia supone que el Estado pagará una parte del salario (un mínimo de seis mil pesos y un máximo de diez mil) para alivianar la situación del empleador.

La lista con todos los clubes inscriptos les llegará a las autoridades del Ministerio de Trabajo y al ministro de Turismo y Deportes, Matías Lammens, esta semana. Pero desde River, Racing, San Lorenzo e Independiente adelantaron a PERFIL que ya completaron los formularios para que sean alcanzados por esta asistencia económica.

Sin grieta. No es un número más. Entre los cinco grandes hay más de cuatro mil puestos de trabajo en juego. El club que más empleados aporta a esa cifra, por la gran cantidad de disciplinas que se desarrollan ahí y también por su estructura de instituciones educativas, es River. El millonario emplea a alrededor de 1.200 personas. Y en la tesorería del club saben que los sueldos de abril, que se pagan en los primeros días de mayo, no podrán abonarse sin una ayuda estatal: la recaudación por publicidad se desplomó, no hubo venta de entradas, la morosidad en el pago de la cuota social crecerá y eso se tradujo en este estado de alerta y pedido de ayuda.

En Boca la situación es casi idéntica. El ejemplo más claro fue lo que le comunicaron sus dos principales sponsors: en mayo pagarán solo una parte de lo acordado por contrato (que es en dólares, con todo lo que eso implica). El resto se refinanciará. Algo parecido a lo que quiso hacer el presidente Jorge Amor Ameal con los sueldos de marzo del plantel profesional de fútbol. La diferencia es que Carlos Izquierdoz y Lisandro López, los enviados del equipo, no aceptaron. 

Ameal y compañía confían en que la salvación sea la más genuina: los casi 200 mil socios (entre activos y adherentes) del club, que entre cuota social y abonos representan el 75% de los ingresos. Por esa razón, el secretario general Ricardo Rosica salió el viernes con un pedido casi desesperado en las redes sociales xeneizes: “Boca necesita de sus socios más que nunca. Esta situación es inédita y tenemos que hacer un esfuerzo muy grande para mantener a los 800 empleados, nuestros jugadores y entrenadores”, publicó.