El nivel de exposición en el que se encuentra Novac Djokovic registra escasos precedentes, a poco de confirmarse que dio positivo de coronavirus.

Es que el reguero de casos que dispara una gira de exhibición a beneficio, iniciada en un predio de Belgrado propiedad de la familia del número 1 del mundo y con continuidad en Zadar, Croacia, desnuda la escasez de medidas de prevención que hubo, en medio de una pandemia ecuménica.

En Serbia, la concurrencia de público a la jornada que tuvo lugar el 12 de junio cuadruplicó el número que habían habilitado las autoridades. Los primeros casos confirmados fueron otros integrantes del circuito profesional Grigor Dimitrov o Borna Coric pero también Viktor Troicki y su esposa, quien cursa un embarazo.

La falta de distanciamiento social inclusive en la realización de un partido fútbol en tierras serbias o de básquet en Croacia. Las imágenes de una salida nocturna que trascendieron hacen de la irresponsabilidad una cuestión mayúscula.

De hecho Djokovic hasta estuvo en contacto con el primer ministro croata, Andrej Plenkovic, quien fue hisopado. Que además se hayan contagiado su PF y el entrenador de Dimitrov tiene la misma relevancia que la gran cantidad de niños a los que saludaron y con los que compartieron actividades, sin barbijo ni distancia.

El propio líder del ranking, que a su vez representa al Consejo de Jugadores en la ATP ya había referido, meses atrás, que no veía con buenos ojos que sea "obligatoria" la colocación de una vacuna contra el coronavirus.