Algunos detalles habían despertado la atención sobre esa granja abandonada en una montaña de la ciudad de Parma.

La intensa actividad que había en el lugar ya era una señal de alerta, tanto como las luces que resplandecían desde el interior en la noche por la iluminación interna y la duplicación de consumo en las facturas del medidor eléctrico del lugar.

Sin embargo, lo que puso al ex defensor Luigi Sartor frente a la Justicia fue una revisión de rutina a su vehículo en la carretera del lugar.

Los oficiales, apostados allí en ese control ficticio para seguir de cerca al hombre que venían investigando, sintieron un olor particular.

El exjugador fue interrogado por la jueza Beatrice Purita, pero hizo uso del derecho a no contestar y actualmente quedó bajo detención domiciliaria.