Los contratiempos son una costumbre en la Superliga. Lejos de los cambios que prometían una revolución para el fútbol argentino, fecha tras fecha suceden hechos inéditos que conspiran contra el normal desarrollo de los partidos.

Este sábado, en el partido que disputaron Huracán y Aldosivi en el Palacio Tomás A. Ducó, el árbitro Mauro Vigliano debió comenzar 15 minutos mas tarde el encuentro porque no tenía en condiciones el intercomunicador que lo mantiene en contacto con sus asistentes.

Sin reparar en la alta temperatura (33° de calor), en el público asistente y en los jugadores, el árbitro se tomó su tiempo para solucionar el inconveniente a la vista de todos, sin demasiado apuro.

Obviamente, esta actitud produjo el fastidio de los espectadores, que al ver que no arrancaba el partido comenzaron a silbar y a reclamar por el inicio del partido.

Sin embargo, lo más desopilante fue el olvido del silbato en el vestuario. Sí, como si fuera su propio colmo Vigliano salió a dirigir sin el elemento insustituible en su trabajo. Enterado de esto, el público se olvidó del calor y el enojo y lo aplaudió irónicamente.

"De no creer, camino al campo de juego se cayó el silbato y no me di cuenta hasta el momento de arrancar el partido. Además ya estaba preocupado por arreglar el auricular del intercomunicador. Al final el silbato apareció: se me cayó en la boca del túnel", admitió, entre risas, Vigliano al final del encuentro.

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¡Insólito! Vigliano intentó dirigir sin el silbato

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