Las zonas mixtas del Waikato Stadium de Hamilton, Nueva Zelanda, vieron rodar muchas lágrimas con la eliminación de la Selección argentina que jugó el Mundial de fútbol femenino.

Es que la despedida significó también el fin del ciclo en el equipo nacional de un grupo de jugadoras que son referentes de la actual generación.

Por caso, Estefanía Banini, quien ratificó que no volverá a vestir la camiseta albiceleste.

“No sé si soy ídola, pero estoy muy contenta de que las generaciones que vienen tengan otro camino y otra preparación. Le puse amor y pasión, mucha lucha a mi carrera; nosotras nos enfrentamos a mucha discriminación y llevamos adelante luchas de poder, ese es el legado. Estoy muy tranquila de haber luchado con las cosas que no me parecía que estaban bien”, sostuvo.

La mendocina valoró que el fútbol nacional “está en crecimiento” y “se nota por cómo nos enfrentamos a este tipo de equipos (por Suecia)”, pero pidió “mejorar la Liga Argentina y sus inferiores” y “que los clubes sigan apostando por el fútbol femenino”.

En ese mismo camino, la joven Dalila Ippolito adujo que “esta generación de jugadoras nos deja muchas cosas”.

“Estamos vacías”

La que mostró mayor autocrítica consumada la eliminación fue Mariana Larroquette. La atacante remarcó que “todas nos sentimos vacías” en el vestuario, reconociendo que “nos falta muchísimo y hoy no pudimos crear muchas situaciones”.

Pero fue tajante: “Hoy nunca dejamos de correr, dimos todo y demostramos que nunca nos rendimos. Si jugábamos así contra Sudáfrica, hubiese sido diferente”.

Orgullosa por cómo afrontó el equipo los partidos pidió, a su vez, “que lo que hicimos estos tres partidos sirva para Argentina”.