El 25 de junio de 1978, Mario Kempes se transformó en el jugador más importante del mundo. Entonces, la Selección venció a Países Bajos por 3 a 1 en la final de la Copa del Mundo celebrada en la Argentina con dos goles del cordobés y uno de Daniel Bertoni. “El Matador” fue la gran figura de aquel certamen, en el que marcó seis tantos, y tenía el planeta a sus pies.

Al otro día, sin embargo, logró escaparse del asedio de la prensa y viajó a Bell Ville, su ciudad natal a la que desde entonces no había vuelto hasta hoy, 44 años después, para generar una revolución.

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