Aleida nació el 24 de noviembre del 60, es decir que es sagitariana pero sólo por horas: casi fue de Escorpio.

En ese momento, su papá, el Che, no estaba en el hospital ni en Cuba, sino de viaje por los países comunistas de ese momento: Checoslovaquia, Unión Soviética, China, Corea y Alemania Democrática.

Ya era una figura muy importante del gobierno cubano que comandaba Fidel Castro desde su llegada al poder, cuando triunfaron los barbudos en enero de 1959 y derrocaron al dictador Fulgencio Batista.

Aleida convivió poco con su papá, que era un ícono mundial. Cuando lo mataron en Bolivia, en octubre del 67, tenía apenas seis años.

Cuando vino a Córdoba, estuvo en el estudio y fue invitada a Disco Pi. Muy amablemente aceptó pero en un mal día: estaba enferma y casi sin voz. Pero igual dio la entrevista, emocionada y hasta con lágrimas en los ojos.

Y se cruzó con la cancionista uruguaya Ana Prada.

¿Si me resulta difícil hablar del Che? No, es papi

Aquello fue un buen regalo para las dos chicas. Y para mí, que fui el entrevistador. Y para los oyentes que lo escucharon todo en vivo.

El encuentro fue éste:

¿Si me resulta difícil hablar del Che? No, es papi
¿Si me resulta difícil hablar del Che? No, es papi