El 17 de marzo de 1973 fue sábado. Este año será viernes. Ese día se publicó en los Estados Unidos el álbum The Dark Side of The Moon de Pink Floyd. En su país de origen, Gran Bretaña, el disco salió una semana después, el 24, que también fue sábado y ahora será viernes.

Y fue un enorme suceso. Tanto que hoy, 50 años después de aquello, se lo sigue nombrando como único, enorme, genial.

León Gieco me contó que cuando los 70 estaban en su primera mitad, Charly, Nito, algunos amigos más, y él, se juntaban en la sala de ensayo de Sui Generis, donde había parlantes grandes y potentes, para escucharlo de punta a punta y a oscuras.

[HD] Pink Floyd - The Great Gig In The Sky

The Dark Side of the Moon fue el disco que terminó con los 60, oh madre mía, y comenzó con los 70 del rock sinfónico, la década que también vería nacer al rock duro -el que se llamaría heavy metal-, finalmente sería arrasado por el punk.

Puertas adentro del cuarteto Pink Floyd, fue la gran despedida del genio fundador, Syd Barrett, y el advenimiento de una nueva banda que llegaría a ser la más atrayente del mundo, progresiva y sinfónica, según se quiera ver. Se dice que en el momento de mayor brillo del grupo, Roger Waters comentó que “Pink Floyd no hubiera sucedido sin Barrett… y no hubiera podido seguir con él”. Y si es verdad que eso dijo, tenía razón.

El duelo vendría después. Alcanza con escuchar con atención el álbum Wish You Were Here (Deseo que estuvieras aquí) del 75, y sobre todo el tema Shine On You Crazy Diamond (Brilla tú, diamante loco), incluido en ese disco, para entenderlo todo.

Hoy resulta impensable que un disco conceptual, tan profundo y sin estribillos bailables, pueda ser tan escuchado por tanta gente. Pero en su momento fue posible. Es que los tiempos han cambiado, qué novedad.

Pink Floyd - Time (2011 Remastered)

Profundo, claro que sí. Quien buscara el fondo con un poco de atención, se encontraría con que The Dark Side of the Moon hablaba de todos. De la alienación (Speak to me, Brain damage), de la codicia (Money), de la paranoia (On the Run), de la dejadez (Breath, Time) y hasta de la violencia (Us and Them). Casi lo mismo de lo que hablaban todos los temas de Atahualpa Yupanqui. “Las canciones todas se ocupan siempre de unos poquitos asuntos; todas hablan de lo mismo”, se dice que comentó don Ata, y si es verdad que eso dijo, tenía razón.

Medio siglo después de aquel parto, Roger Waters, ya muy alejado -y sin vueltas- del núcleo Pink Floyd, ha dicho que grabó de nuevo el disco. El otro conductor del grupo, David Gilmour, que se quedó con la marca Pink Floyd, le ha contestado duramente con mensajes que firma su compañera. Quién sabe si todo esto quedará en la historia.

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