En la historia de la música popular argentina hubo y hay grandes creadores e intérpretes. No es necesario abundar en nombres: de Atahualpa Yupanqui, Astor Piazzolla y Aníbal Troilo a Charly García y Mercedes Sosa.

La lista de excelsos se podría hacer numerosa y sería sorprendente para cualquier recién avisado. Y en un casillero aparte, a esa gran altura pero con características particulares, está Pedro Aznar.

Por talento innato, por contracción al trabajo, por inspiración y por decisión al momento de fijarse objetivos. Aparecido como un niño prodigio en el rock local, fue convocado por Charly García y David Lebon para ser un Serú Girán cuando solo tenía 18 años.

Pedro Aznar

Después de cuatro temporadas en ese grupo, que llegó a ser el más popular y reconocido del rock argentino, se fue a Boston a estudiar música y tocó su cielo con las manos cuando Pat Metheny lo invitó a ser parte de su grupo, el más importante del jazz moderno en el mundo. Luego de esa singular experiencia que lo hizo visible en todo el planeta y de haber hecho un par de discos a dúo con Charly García, consolidó una sólida carrera solista más cercano al folklore, sin dejar nunca el contacto con el rock y con el jazz.

Pedro Aznar

Lo conocí en el arranque de los 80 en Seru Giran y estuve cerca suyo, como periodista, en su primer despegue como solista, cuando aún vivía con sus padres en una casa de la calle Cosquín, en el barrio de Liniers. Luego lo entrevisté varias veces cuando era parte del Pat Metheny Group y mantuvimos contacto en las dos últimas décadas, a medida que avanzaba su camino individual.

Un día llegó a Disco Pi y tal como lo supuse, la charla comenzó grata pero distante y muy formal.

Pedro Aznar

Pedro es alguien que de entrada no regala simpatía y puede que, si no ocurre algo especial, siempre siga con ese traje de seriedad. Pero a medida que fue avanzando la conversación, acaso por la historia de años y de gentes conocidas que tenemos en común, fue apareciendo el costado más risueño y gracioso de su fuerte personalidad.

Nos divertimos mucho y terminamos la entrevista muriéndonos de risa.

Salió del estudio con un regalito: cardamomo para hacerse en el hotel un té que adora. Y se fue haciendo la broma de que sería cuidadoso de las formas, porque estaba claro que no lucía elegante que lo vieran yéndose con una bolsita en la mano…

Entrevista realizada por Víctor Pintos a Pedro Aznar el 27 de agosto de 2013 para el programa Disco Pi.