El pasado 20 de febrero, la empresa Coca Cola-Femsa, principal embotelladora de la gaseosa en el país, solicitó un procedimiento preventivo de crisis ante el Ministerio de Producción y Trabajo.

La firma, de origen mexicano, adujo estar “atravesando una etapa compleja debido a la desaceleración del consumo, lo que la ha colocado en la necesidad de readecuar su estructura de trabajo”. Dicha reestructuración implicaría el despido de unos 80 trabajadores.

Precisamente, la merma en el consumo de bebidas gaseosas ha sido constatada por distintas mediciones.

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), en diciembre de 2018 la caída fue del 18,5% respecto de igual mes de 2017.

Una explicación crucial para tal tendencia es el valor de los productos. Según el mismo INDEC, el precio de las gaseosas aumentó en enero un 6,2%, más del doble del índice general que fue de 2.9 por ciento.

Los datos son significativos considerando que distintos relevamientos realizados en los últimos años ubican a la Argentina al tope de los países donde se consumen gaseosas.

En enero pasado, un informe de la Subsecretaría de Bienestar Ciudadano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires indicó que “el consumo de bebidas edulcoradas con azúcar se viene incrementando de manera sostenida y nuestro país constituye uno de los principales consumidores a nivel mundial, con un promedio de 137 litros por persona por año (un aporte de 13 kg de azúcar).

Desplazamiento

Quienes aún continúan comprando bebidas azucaradas se han ido desplazando hacia marcas locales o marcas con menor presencia publicitaria.

La diferencia de precios entre los productos líderes y aquellos de segundo orden se ha expandido en los últimos meses. Hoy, la botella de 2 litros de Coca Cola se ubica entre 90 y 100 pesos, mientras que el mismo fraccionamiento de la marca Manaos apenas supera los $20.

Fuente: Ámbito

Cae el consumo de gaseosas en la Argentina