Resulta casi inverosímil plantear que, en medio de una pandemia, un servicio declarado esencial no esté funcionando hace más de tres semanas en la provincia de Córdoba.

Es el caso del transporte interurbano, donde este lunes fracasó una reunión entre las partes, y los trabajadores resolvieron extender la medida, ante la mirada del gobierno provincial y la falta de respuestas de las empresas del sector.

Desde la Asociación de Obreros de la Industria del Transporte Automotor (AOITA) descartaron aceptar los “entre 8 y 9 mil pesos” ofrecidos, ya que “no cubren ni la mitad de lo que le deben a los compañeros”.

A punto de vencer el plazo para abonar abril, las firmas pagaron “en promedio la mitad del total de los sueldos”, y los choferes denuncian que “no estamos teniendo en cuenta viáticos ni horas extras”.

Claudio Luna, el secretario gremial, expresó: “La situación es gravísima. Pero se hace muy difícil cuando no hay predisposición, y es evidente la especulación”. La referencia es la espera por subsidios de las empresas, algunos de los cuales percibirán esta semana, provenientes de la Provincia y la Nación.

Escasa participación tuvo el gobierno provincial en la temática, siendo el poder concedente, y sin exigir los cumplimientos salariales para activar el funcionamiento de los servicios, que en tiempos de cuarentena deberían funcionar hasta los 60 kilómetros distantes de la ciudad de Córdoba.

La desconsideración empresarial llegó hasta la negativa al pago de “obras sociales y cuotas alimentarias” de sus propios empleados.

Entrevistado por radio Universidad, Luna centró sus expectativas en la reunión del miércoles, de la que también participará el secretario de Transporte de la Nación, Gabriel Bermúdez, pero lamentó que “todo se discuta a último momento, siendo que propusimos una mesa de crisis hace 54 días”.

En AOITA recordaron que, en medio de los reclamos por insolvencia, “el mes de marzo se trabajó casi completo”.