En medio de una pandemia mundial, el mundo comercial tiene como próxima parada relevante el Día del Padre, que como hace varias décadas se celebra el tercer domingo del mes de junio.

Pero la situación actual, cuarentena mediante, demanda estrategias y pedidos. La idea es intentar recuperar las ganancias perdidas con una fecha tan particular, impensada en medio de las restricciones actuales.

Ya surgió en Buenos Aires un pedido para que la fecha se traslade a julio, pero representantes de shoppings de todo el país solicitaron en las últimas horas que el festejo sea el segundo domingo de septiembre, producto de “un panorama incierto”.

La fecha, estirada en el tiempo, se ubica en consonancia con el incremento de casos de coronavirus en el país, puntualmente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pero así como en Jujuy, Corrientes, San Luis, San Juan y Chubut ya se habilitó la apertura de puertas, hay posturas encontradas.

Es que, quienes no cuentan con restricciones, intentan hacer rápidamente la “diferencia” que demanda para las grandes superficies comerciales este tipo de jornadas.

Neuquén y Salta parecen ir por el mismo camino, aunque por ahora sólo tienen habilitado un esquema “take away”.

La cuestión a resolver tiene, en el medio, otras jornadas “imán” para las compras, como lo son el Día del Amigo, del 20 de julio, y el Día del Niño, previsto para agosto.