Corren tiempos en los que las subas de precios siguen marcando el camino en el país. Y para los ahorristas, lograr "hacer rendir" el dinero no es tarea sencilla.

Hace tiempo que los plazos fijos tradicionales corren de atrás, pese a un cambio de paradigma de la actual gestión.

Con los datos de la inflación en alza, en términos anuales el porcentaje de referencia que hoy paga el Banco Nación apenas si superó el 36% que marcó el 2020. Sin embargo, el número es por todo el calendario

En la actualidad abona el 37 por ciento y exige un mínimo de treinta días. Así, pagaría poco más del 3% de la inversión realizada, ubicándose por debajo de los ajustes que marcó en enero el Índice de Precios al Consumidor, y seguramente también lo será cuando se oficialice febrero.

Pero por disposición del Banco Central, las entidades ofrecen desde hace tiempo el "plazo fijo UVA".

La Unidad de Valor Adquisitivo cuenta con la mala imagen que arrastra de la gestión anterior, aunque significan la cara opuesta, ya que el ajuste es sobre la inversión, no sobre hipotecas.

Quienes recurrieron a créditos por esta vía en el macrismo vieron ahogadas sus finanzas y el Gobierno debió salir el año pasado a intentar ofrecer una solución.

Pero este tipo de plazos fijos es el único que hoy garantiza poder ir "por encima de la inflación".

Su modo de operaciones es vía homebanking y el monto depositado cuenta con un proceso de indexación a la suba de precios que traza el Indec. 

La inversión que se coloca en este formato de plazo fijo se transforma a UVA, la cual se ajusta en base a la CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia), un indicador del Banco Central. Al vencer el plazo se convierte a pesos en base al valor del momento de la UVA, que habrá crecido en base a la inflación. En la actualidad, ese monto va del 0,5% y 1,5% nominal anual, dependiendo el banco.