El Vaticano pidió perdón este miércoles "por los pecados propios y ajenos", en relación a las condenas aplicadas por la justicia argentina a dos sacerdotes del Instituto Próvolo, acusados de abuso sexual de niños sordos en la provincia de Mendoza.

Asimismo, la Santa Sede aseguró que "nunca encubrió" a los responsables, los curas Horacio Corbacho (59 años de edad) y Nicola Corradi (83), quienes fueron sentenciados a 45 y 42 años de cárcel, respectivamente.

El comisario nombrado por el Vaticano para el caso Próvolo, el obispo auxiliar de la ciudad de La Plata, Alberto Bochatey, fue el encargado de firmar el comunicado, en el que la Iglesia sostiene que "nunca ocultó información ni quitó colaboración" a las autoridades judiciales.