Los resultados de las elecciones legislativas nacionales de 2017 fueron un duro golpe para la coalición Unión por Córdoba y un espaldarazo para Cambiemos.

Ya en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto, el resultado vislumbraba una tendencia que si bien luego se revirtió sólo parcialmente, desnudó una saludable conducta del electorado. La madurez del votante quedó patentizada en esos comicios. Premiaron a Schiaretti como gobernador pero prefirieron votar a legisladores del oficialismo o de otras fuerzas políticas para el Congreso, más allá que el mandatario provincial siguiera mostrando altos índices de aceptación entre la población de Córdoba.

Coincidió la elección con un período de crecimiento económico a nivel nacional luego de la recesión de 2016 tras la asunción de Macri.

Y Córdoba que había sido bastión del triunfo del presidente, le dio su respaldo a la hora de votar a sus legisladores.

Al fin, los comicios de 2017 mostraron a Cambiemos con 996.950 votos, el 48,48 por ciento de las voluntades. Ese contundente resultado le permitió a la coalición llegarse cinco legisladores de los nueve que renovaba Córdoba, la mitad de sus 18 representantes en la Cámara Baja.

En tanto, Unión por Córdoba consiguió 626.887 sufragios, el 30,48 por ciento que se tradujo en tres legisladores.

Por su parte, el Frente Unidad Ciudadana logró llevar al Congreso a Pablo Carro, el dirigente de la Adiuc (gremio universitario) que se puso al frente del espacio kirchnerista y consiguió el 9,71 por ciento de los votos, esto es 199.683 apoyos.

Lejos quedó la izquierda que incluso se ubicó por debajo de Encuentro Vecinal Córdoba. Este último espacio obtuvo 3,53 por ciento y el Frente de Izquierda y los Trabajadores el 3,3 por ciento. Magra performance para el espacio que impulsaba a la histórica Liliana Olivero al Congreso nacional.

Como fuere, más allá de los votos y bancas aportados por Córdoba, Cambiemos no logró la mayoría en Diputados -no se renovaron las tres bancas del Senado en el caso de la provincia-, por lo que la negociación para imponer proyectos claves siguió exigiendo alianzas circunstanciales.

En ese marco, los diputados nacionales que respondían a Schiaretti fueron claves en el avance de determinados proyectos.

El contexto de este domingo es ciertamente diferente. Desde aquel octubre de 2017 a esta parte, la situación económica cambió diametralmente.

También las alianzas. Esta vez no habrá postulantes del kirchnerismo, ni para gobernador -a Pablo Carro lo “bajaron” a días de su lanzamiento-, ni para legisladores por lo que el peronismo y sus diferentes vertientes parecen confluir en Hacemos por Córdoba y justamente en el peor momento de la gestión Macri.

Como fuere y más allá de la pericia del gobernador o del intendente de Córdoba, la situación de la macroeconomía será determinante para la evolución de sus gestiones, sea cual fuere el resultado de las elecciones.