Shangai Grabados es una pequeña empresa trabaja desde hace más de 50 años grabados en distintos materiales. Uno de sus productos principales son las lápidas de cementerios. Actualmente, tratan de satisfacer todas las necesidades en cuanto al grabado para sostener el negocio. 

Trabajan tres generaciones y pocos empleados, en su mayoría familiares. Tienen un taller pequeño detrás del mostrador de atención al público. Cuentan con algunas de las primeras máquinas de grabado manual, que aún las siguen usando.

Las lápidas inicialmente eran uno de los principales productos que más vendían. Hoy sigue siendo continua su venta pero no con la misma frecuencia. 

“Los clientes van cambiando, antes se hacían varios mármoles a la semana, ahora son pocas al mes y se compensan con otras cosas. Traemos más estatuillas o mates, así se renueva la vidriera junto a las necesidades”, explicó Yoel Tassara, nieto de Neli Acuña, actual dueña de Shangai. 

Inicialmente la tienda era de una persona con ascendencia japonesa, el esposo de Marta trabajaba como empleado y luego compra el lugar. Ella se dedicó exclusivamente a la atención al público y su esposo a realizar los trabajos manuales. 

Los nietos y sobrinos fueron aprendiendo desde pequeños las distintas técnicas a lo largo de los años. Ahora ellos se dedican a las tareas de grabado. Neli hace el papel de dueña y es quien maneja los proveedores. 

Venden para toda la provincia y a través de mercado libre. Al ser conocidos en la provincia vienen clientes del interior y de otras regiones del país. Su mayor publicidad es el boca en boca. 

“Antes vendíamos mucho las placas de bronce fundido, después se empezaron a hacer en chapa y ahora se empezaron a vender más en acero inoxidable. Cada vez compran más en acrílico por los robos en los cementerios. Hemos tenido clientes que viven dos o tres veces a buscar una placa de nuevo porque se la robaron”, remarcó Neli.

Realizaron reconocimientos para la Mona Jiménez, la Municipalidad de Córdoba, fábricas de autos, la Universidad Nacional de Córdoba y entre otros artistas e instituciones de renombre. Grabaron lápidas y obsequios para la mayoría de los intendentes y gobernadores de la provincia en estos 50 años. La última losa de este estilo fue la del ex gobernador José Manuel de la Sota. 

La familia indicó que el año pasado por semana hacían aproximadamente cinco lápidas, pero que la pandemia y la peatonalización de la zona ha disminuido las ventas. 

Precios y productos

Los costos varían según los materiales y el tiempo que demora en grabar. Trabajan desde bronce, acero, acrílico, porcelana, vidrio, plástico, entre otros materiales. 

“Los regalos empresariales como lapiceras, aviones, bandejas o plaquetas se venden más a fin de año, son los obsequios que hacen las empresas o gobiernos. Cerca de las pascuas también se hacen algunos reconocimientos, en el año es un ara que suele estar media parada. En el año lo que se venden siempre son las placas para cementerio y aquellas que son a medida”, remarcó Yoel. 

Algunos trabajos pueden tardar de tres días a tres semanas. Los que más demoran son las lápidas en mármol y las placas para cementerios que tienen foto ya que llevan un trabajo de horneado. Productos como el último son realizados en partes por terceros, especialmente del interior provincial. 

Algunos pedidos son ambiguos, hacen todo tipo de trabajos para cualquier religión o idioma. 

“Una vuelta vino una mujer joven a hacerse la placa para ella y así elegir la fotografía que más le gustaba”, recordó con gracia Lucca. 

Tienen desde pines, esculturas, aviones de mostrador hasta placas para todos los usos y tamaños. Por ejemplo, han realizado números para las butacas de un teatro, hasta placas para instituciones médicas. 

Los trabajos más pequeños pueden ir de $3.000 pesos y cosas más grandes varían entre $50.000 a $100.000. Lo que más se vende suele ser productos que van de $10.000 a $15.000.