Oculto en el río Suquía, se encuentra el Túnel del Chateau, una construcción inconclusa ubicada debajo del actual Parque General Juan Bautista Bustos.

El túnel se extiende a unos pocos metros del Puente 15 hasta el country Costa Verde de manera interrumpida. Consta de dos tramos de 219 y 160 metros de longitud. A su vez, cuenta con 4 “escombreras” o túneles secundarios de 10 a 20 metros de largo.

Esquema del Túnel del Chateau. Imagen: Centro de Investigación Espeleológico Urbano (CIEU).
Esquema del Túnel del Chateau. Imagen: Centro de Investigación Espeleológico Urbano (CIEU).

Este túnel también forma parte de un complejo subterráneo junto con el Túnel de la ULA (150 metros) que se extiende desde la Universidad Libre del Ambiente hasta el Arroyo del Infiernillo aproximadamente. 

Por mucho tiempo, el origen de este túnel fue desconocido y fue fuente de varias leyendas urbanas. Una de las versiones le atribuyó la construcción de este túnel a pueblos originarios. Otra, y la más popular, decía que había sido construido por los jesuitas para escaparse de los aborígenes que habitaban la zona.

El Centro de Investigación Espeleológico Urbano (CIEU) estudia este complejo de túneles. Mediante exploraciones, entrevistas y búsqueda documental, lograron tener algunas certezas sobre la historia de esta obra.

Camino a los túneles. Foto: Satoshi Higa.
Camino a los túneles. Foto: Satoshi Higa.

Descubrieron que el Túnel del Chateau es una obra hecha a mediados del siglo XIX. La principal hipótesis que plantearon es que esta obra tenía como objetivo transportar agua para regar terrenos de quintas aledañas. Sin embargo, la obra nunca fue utilizada ya que quedó inconclusa.

Los túneles quedaron olvidados por mucho tiempo y durante el siglo XX fue un lugar de “exploración” para vecinos de la zona.

El escritor Mariano Cognini rememoró que de niño, durante la década del 70, visitó incontables veces el túnel. “Era una salida. En esa época todo eso era monte. Lo único que había ahí era la calle José Roque Funes que era de tierra”, contó.

Apenas un niño, Cognini recorrió los túneles con velas, porque las linternas eran caras, y encendían papeles como antorchas para ver mejor el lugar. “Teníamos miedo de entrar”, recordó.

Según algunas entrevistas que realizó el CIEU a vecinos de la zona, el túnel de la ULA también era conocido como el Túnel de la Muerte porque supuestamente había sido un escondite de ladrones.

Escombrera, uno de los accesos al Túnel del Chateau. Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT.
Escombrera, uno de los accesos al Túnel del Chateau. Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT.

En 1941, el túnel fue objetivo de excavaciones ante los rumores de tesoros jesuitas enterrados. 

Entre 1985 y 2000, estos túneles estuvieron indirectamente protegidos al estar dentro de la Reserva Ecológica del Suquía, creada durante la gestión de Eduardo César Angeloz. 

El espacio tenía una extensión de 66 hectáreas sobre la margen del río Suquía alrededor del estadio Mario Alberto Kempes. 

La Reserva era un espacio protegido de bosque nativo. Sin embargo, por 15 años las tareas de conservación fueron casi nulas y en el año 2000, el entonces gobernador José Manuel de la Sota le quitó el estatus de reserva para que sea un “área de espacio verde de uso recreativo”.

Más de dos décadas después, la reserva se convirtió en el Parque del Kempes, General Juan Bautista Bustos y el cierre de la Circunvalación.

Actualmente, el túnel está abandonado. Ni la Provincia ni la Municipalidad tienen planes para conservarlo. 

Expedición a los túneles

“Nos encontramos en la margen norte del río Suquía, a la altura del Puente 15, en cercanías del nuevo Parque General Juan Bautista Bustos, precisamente en una de las bocas de acceso al Túnel del Chateau, como se lo conoce tradicionalmente en Córdoba”, contó Martín Mariano González, integrante de CIEU, durante una excursión con cba24n.

El túnel del Chateau está sobre la barranca del río Suquía ocultos detrás de varios árboles (nota de redactor: por cuestiones de seguridad se desaconseja visitar el lugar por cuenta propia).

Martín Mariano González, Ronald Arellano Baudat y Eliana Zabala, integrantes de la Fundación CIEU. Foto: Satoshi Higa.
Martín Mariano González, Ronald Arellano Baudat y Eliana Zabala, integrantes de la Fundación CIEU. Foto: Satoshi Higa.

El acceso es empinado y complicado de llegar. Originalmente, el nivel de la margen del río Suquía era más alto ya que no existía el dique diseñado por Carlos A. Cassaffousth y Eugenio Dumesnil.

Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT
Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT

Al túnel se puede entrar mediante una de las “escombreras” que son túneles secundarios utilizados para tirar la tierra que se excavaba y también como ventilación. En el lugar se puede acceder ligeramente agachados. En algunos tramos se debe pasar arrodillados.

Sin linternas, el túnel permanece en completa oscuridad las 24 horas del día. Foto: Satoshi Higa.
Sin linternas, el túnel permanece en completa oscuridad las 24 horas del día. Foto: Satoshi Higa.

En las paredes se puede observar las marcas de picos y palas. El túnel fue excavado en una barranca de tosca comprimida que permitió que la obra se conserve bastante bien a pesar de tener más de 150 años. 

Las marcas en las paredes indican que el túnel fue construido con algunas herramientas manuales como picos y palas. Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT.
Las marcas en las paredes indican que el túnel fue construido con algunas herramientas manuales como picos y palas. Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT.

Sin embargo, la obra ya presenta algunos desmoronamientos en algunas partes. Además, los túneles eran más amplios pero la altura del lugar se redujo debido a la acumulación constante de sedimentos.

El túnel tiene su propio microclima. Bien alejado de las entradas, el ambiente es oscuro y fresco. También existe un ecosistema muy diferente al exterior: durante la vista solamente se pudieron observar algunas arañas, pequeños insectos y hongos.

Araña oculta entre el polvo. Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT.
Araña oculta entre el polvo. Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT.

“Este túnel aproximadamente tiene más de 200 metros. Nosotros hemos podido relevarlo casi en forma completa, salvo un tramo que está dentro del Country Costa Verde. Como está en manos privadas, no podemos acceder a ese lugar”, contó González.

Debido a algunos derrumbes, el túnel está interrumpido en un tramo. Casi al final del primer tramo se encuentra un lugar que los investigadores bautizaron la “Encrucijada”. Este lugar es la intersección de tres caminos: el túnel propiamente dicho, una escombrera que da hacia el exterior y otro túnel secundario que da hacia un espacio que llamaron la “Cámara”.

La Encrucijada. A la izquierda se puede ver la luz natural que da hacia la salida. Al fondo, está la continuación del túnel (interrumpido por un derrumbe). A la derecha, el camino hacia la "Cámara". Foto: Satoshi Higa.
La Encrucijada. A la izquierda se puede ver la luz natural que da hacia la salida. Al fondo, está la continuación del túnel (interrumpido por un derrumbe). A la derecha, el camino hacia la "Cámara". Foto: Satoshi Higa.

La “Cámara” es un espacio reducido con forma de bóveda. A diferencia del resto del túnel, es un lugar sumamente cálido de día y muy húmedo. Se desconoce cuál era la función de este espacio.

“La teoría que tenemos es que se empezó a construir para tener un segundo acceso al túnel desde la superficie”, expresaron del CIEU.

Dentro de la Cámara. Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT.
Dentro de la Cámara. Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT.

Más allá de la Encrucijada, el túnel se interrumpe y continúa metros más adelante. “Al tratarse de una construcción tan antigua y que no ha tenido un mantenimiento continuo a lo largo de los últimos 100 años tiene un riesgo de derrumbe”, remarcó González.

Qué es el Centro de Investigación Espeleológico Urbano (CIEU)

El Centro de Investigación Espeleológico Urbano (CIEU), antes llamado Grupo SpeleoTunel, es una organización que estudia túneles de la ciudad de Córdoba y el interior provincial.

Movidos por el sentido de aventura y la curiosidad por la historia de los lugares, los primeros integrantes del grupo se conocieron mediante llamadas telefónicas. Luego, las interacciones pasaron al mundo digital y comenzaron a interactuar en foros por internet.

Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT
Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT

En 2012, se conformaron como grupo y luego pasaron a ser la Fundación CIEU. Con más de 10 años de existencia esta organización exploró y estudió numerosos túneles en Santa Catalina, Villa Rivera Indarte, Chacra de la Merced, entre otros.

Del Instagram de grupo_speleo_tunel

Actualmente, la fundación está integrada por seis integrantes de diversas profesiones: Sergio A. Tissera, Médico; Ronald Arellano Baudat, técnico electrónico; Martín Mariano González, técnico en Logística; Federico Ezequiel Ulla, ingeniero civil; Alejandro Giorgio, óptico y paramédico y Eliana Zabala, comunicadora social.

La importancia de conservar el túnel

Desde hace años, el CIEL busca que la Municipalidad de Córdoba tome medidas para conservar el lugar.

“Consideramos que es una zona que es muy importante para lo que es la historia y lo que podría ser la industria del ecoturismo”, afirmó González.

El misterioso túnel del Chateau Carreras: entre la leyenda urbana y la realidad

Y agregó: “cuando la gente conoce estos lugares, comienza a valorarlo y a darse cuenta de que tenemos estas joyas escondidas. Esa valoración hace que uno quiera más el lugar porque de alguna forma estamos conectados con el lugar”.

Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT
Foto: Satoshi Higa / Multimedio SRT

Desde 2014, el Concejo Deliberante tiene un proyecto para conservar el túnel pero fue cajoneado.

https://es.scribd.com/document/604689187/Proyecto-para-la-Recuperacion-de-los-Antiguos-Tuneles-del-Chateau-Carreras#

El futuro del túnel es incierto. Con más de 150 años de antigüedad, la obra se conserva pero de a poco se va notando los signos del deterioro. Por el momento, el túnel del Chateau sigue siendo un lugar misterioso, entre el mito y la historia de la ciudad.