En un mundo revolucionado, la industria del cine quiere conservar recuerdos de las épocas A.C. (Antes del Coronavirus).

Pero para ser justos, la pandemia no es la única causante de los cambios sutiles que, año tras año, van realizándose en esta ceremonia tan tradicional.

Es un hecho real que grandes estrenos se debieron postergar durante el 2020 por el cierre de salas (Soul, James Bond, Mulán por nombrar algunos) y fue entonces que el monstruo de los estrenos en plataformas como Amazon y Netflix se vio engrandecido. Ante el pánico por Covid19, la oportunidad fue para ellas.

Desde hace algún tiempo, las plataformas que deciden estrenar sus películas en ese formato y no en la grandes salas, dan batalla por el reconocimiento de "La Academia", y aunque se va reconociendo a regañadientes su importancia, siguen siendo vistas como las ovejas negras de la familia. Esa batalla que quizás duraría más tiempo en dirimirse (a pesar del doble Oscar por El Artista) se aceleró cuando el resto de las plataformas se vieron obligadas a estrenar sus propios tanques pensados para la gran pantalla. Disney es el ejemplo más claro. 

La pulseada Cine Vs Plataformas conformó a Amazon con el Oscar a la Mejor Edición por "El sonido del metal", la cinta de Darius Marder; y a Netflix con un doble premio a Mejor Diseño de Producción y Mejor Fotografía, por "Mank". Este film dirigido por David Fincher narra el detrás de escena de la confección del guión de "El ciudadano", de Orson Welles.

Pero más allá de cualquier interna, después de un año en el que cerraron cientos de cines alrededor del mundo, en el que el concepto de Autocine (y hasta bote cine) recobró importancia para recordarnos que el séptimo arte no está muerto, se esperaba con cierta ansiedad esta entrega número 93. Y es que la entrega, en algún punto, nos retrotrae a la vieja normalidad, esa que fue sacudida por el virus privando a la industria cinematográfica de una de sus fiestas favoritas.

Pero la celebración a la que estábamos acostumbrados desde hace más de nueve décadas, sí se vio obligada a modificarse para ser más "Covid19 friendly".

Hubo carpeta roja, se recorrió con los mismos diseñadores y las grandes figuras, pero la aglomeración de gente, de periodistas y de séquito de cada artista no se vio (tanto). Tampoco se vieron barbijos o máscaras, y lo que podía parecer un poco "cuidado" se desmadró en el interior del Dolby Theatre en donde de distanciamiento social, se vio poco. En realidad, en un formato más estilo Café Concert, las mesas sí estaban distanciadas, pero los artistas sentados en ellas tuvieron muchas oportunidades para romper protocolos. Como punto a favor, la disposición mobiliaria logró un ambiente más intimista, en el que los actores parecieron celebrarse entre ellos de manera mas genuina.

Por primera vez en la historia, la ceremonia se desdobló en cuatro espacios: el tradicional Teatro Dolby, la Union Station (ambos en Los Ángeles) y además en Londres y Paris. Muchos de los nominados, incluido el artista ganador del Oscar a mejor actor por "El Padre" Anthony Hopkins, estuvieron en sus casas, resguardados, lo que le dio el toque virtual a la gala.

Otra de las particularidades, fue la ausencia de la banda tradicional, reemplazada por la dirección musical del baterista y DJ Questlove. Tampoco se vio un despliegue musical con las canciones nominadas las mejores del año para evitar juntar gente en el escenario.

Sin anfitrión y con más velocidad y ritmo, esta entrega volvió a mostrar su inclinación -leve- a escuchar las voces que claman por la igualdad, y la prueba de ello fue que el premio a la Mejor Película, fue logrado por "Nomadland", de la cineasta Chloé Zhao, quien a su vez se convirtió en la segunda mujer en recibir el galardón a Mejor Dirección en la historia. (La segunda en 93 años...)

En el afán de conseguir empatía, la terna de Mejor Dirección -presentado por el surcoreano Bong Joon-ho quien ganó con "Parásitos", también Mejor Película - repasó las candidaturas leyendo las respuestas que dieron los nominados a la pregunta "¿Qué es el cine para vos?. 

En una ceremonia que de a ratos parecían los Golden Globes, el mundo vivió su momento de "nueva normalidad" en la que el cine gritó por seguir vivo, los artistas se palmearon las espaldas y el público recordó que "... había una vez en Hollywood..."