Tantas veces el observador o el lector común se han encontrado con esas manchas tan características en piedras y troncos, o se han sumergido en aventuras fantásticas que nos llevan a los más variados universos literarios en torno a ellas. Las publicaciones científicas o de ficción los han  abordado en reiteradas oportunidades pero tangencialmente, apenas señalándolos; en suma, ¿Cuánto sabemos sobre ellos?

Los líquenes son organismos complejos formados por la unión (simbiosis) de un hongo y, al menos, un organismo fotosintético como por ejemplo un alga verde (clorofícea). Ese vínculo hace nacer a nuestro personaje-objeto de estudio, un ser vivo totalmente diferente a cualquiera de los dos organismos que le dan origen. Los líquenes pueden vivir prácticamente en todos los ecosistemas terrestres, los podemos encontrar en todas las latitudes geográficas y distintas alturas sobre el nivel del mar, son organismos particularmente resistentes a los extremos hídricos y térmicos, se adaptan a cualquier tipo de superficies como corteza de árboles, suelo, rocas, etc. Cabe mencionar que son excelentes bioindicadores. Varias generaciones de líquenes podrán hacer crecer, tras desarrollar la materia orgánica suficiente, los musgos.

Volviendo a los bioindicadores, los líquenes son organismos o sistemas principalmente susceptibles a la calidad de diferentes condiciones ambientales y a los cambios de estas. Esto quiere decir que la presencia o no de una especie puede ser utilizada para valorar la calidad del medio ambiente y su evolución. Y ello es muy importante, porque la aparatología accesible para obtener información puntual sobre contaminantes no permite determinar per se qué contaminantes producen determinados efectos sobre el ecosistema, como sí lo podemos apreciar constatando la presencia y características de ciertos microorganismos. Aquellas, sólo registran los datos. Estos, testimonian la evolución o involución de la vida.

La necesidad de divulgar y la importancia de esta obra

Desde hace más de cincuenta años, se vienen publicado numerosos trabajos de investigación que, a través del estudio de la ecofisiología y biodiversidad de los líquenes, indican su susceptibilidad a muchos de los contaminantes atmosféricos. 

El libro Líquenes del centro de Argentina de Juan Manuel Rodríguez, Cecilia Estrabou, Edith Raquel Filippini y Raúl E. Díaz Domínguez, es una obra novedosa, actualizada, vanguardista, formativa e informativa, que contiene una gran riqueza conceptual, técnica y metodológica, virtudes que se pueden constatar desde las páginas de inicio de la obra, estructurada en tres capítulos. 
Pero además y muy especialmente, Líquenes del Centro de Argentina condensa un excelente material de divulgación que, como lo expresan los autores, permitirá acercar conocimientos actualizados sobre la biología de los líquenes, su rol como bioindicador y la diversidad presente en nuestra región a profesionales de diversas disciplinas y público en general.

En el capítulo uno, se desarrolla la biología de los líquenes y se responde a la pregunta ¿De que hablamos cuando decimos liquen? Explicando los conceptos básicos de la morfología y anatomía de líquenes, reproducción, química, fisiología y ecología. 
En el capítulo dos, ¿Por qué estudiar líquenes?, las y los autores desarrollan sintéticamente y con claridad por qué pueden indicar la calidad de aire, por qué nos señalan la biodiversidad y el estado de conservación de nuestros bosques, y por qué podemos estudiar el cambio climático en las formaciones montañosas a partir de indagar en ellos con método.  

Por último, en el capítulo tres, Guía de los principales grupos de líquenes del centro de Argentina, se compila la información referida a los grupos taxonómicos de líquenes más representativos del centro del país, invitando al lector a seguir una serie de 45 fichas que contienen en forma completa y detallada información como distribución, hábitat, características distintivas y diversidad de los mismos. 

Se aborda la descripción de 45 géneros de líquenes, clasificados según el tipo de crecimiento en: 13 crustosos, 3 escuamulosos, 24 foliosos y 5 fructiculosos. En lo que hace a la distribución, cabe mencionar, que la obra se refiere a la distribución conocida hasta el momento en la provincia de Córdoba y las jurisdicciones subnacionales limítrofes, haciendo hincapié en los ecosistemas boscosos y urbanos de la ecorregión chaqueña y del Espinal (Bosque de llanuras), serrana (bosque serrano) y de los bosques de altura (superior a los 1500msnm; dentro de las características distintivas, se encuentran el tipo o forma de crecimiento, el color del talo y el grado de sujeción al sustrato. 

En las fichas mencionadas, el lector encontrará toda la información descripta, acompañada de una serie de muy buenas fotografías a color. 

La vasta experiencia y rigurosidad académica de las y los autores avalan y nutre lo que este gran libro nos ofrece; por lo que nos complace invitar al lector a explorar esta excelente propuesta editorial, a los fines de formar profesionales y ciudadanos consecuentes y cabalmente interesados en el medio ambiente.

José Manuel Campos
Licenciado en Enseñanza de las Ciencias del Ambiente – Integrante del staff de la Editorial de la UNC.