Cuchi Leguizamón y el homenaje de dos grandes de la música argentina

Juan Falú dice que el folklore de estas tierras guarda una ecuación interesante: aunque toda raíz folk construye naturalmente el dogma de una tradición, a la vez da permiso para que esa tradición se mueva, entre en dialéctica.

Está todo inventado. Innovación es apenas una palabra. A lo sumo es posible el estilo, ese subterfugio que permite imprimir a la naturaleza de las cosas una relativa huella personal. , dijo Falú a Cba24n, el guitarrista que ha hecho de la tradición y el espacio que ella otorga la materia viva de su trayectoria.

La obra de Gustavo “Cuchi” Leguizamón está compuesta de esa tensión perpetua. Un vanguardista en los valles del virreinato, un músico universal en la punta de la mesa del asado y el buen vino. Absorbiendo los timbres y tempos de la naturaleza (El rococo, por decir una) Leguizamón hizo con las tradiciones algo contemporáneo.

El pasado 29 de septiembre celebramos desde aquí el aniversario 105 de su nacimiento, una excusa para volver a escuchar los propios -y escasos- registros de Leguizamón y la infinidad de homenajes y relecturas que artistas de Argentina y el mundo han hecho de su obra. 

VER: Cuchi Leguizamón: el legado interminable de un artista que casi no grabó

“Un músico popular no puede aspirar a volverse famoso. El músico popular tiene que volverse anónimo"

El más reciente tributo lo rinde el Dúo Palo Blanco con la publicación de Cuchi inédito y recóndito, un disco doble interpretado por Laura Princic y Guadalupe González Táboas. Este trabajo fue publicado hace algunas semanas y es el resultado de una larga investigación de Roberto Almeida, guitarrista de Palo Blanco.

Entre los discos imposible de soslayar dentro de la está (BAM-Epsa Music, 2000) de Juan Falú y Liliana Herrero, un registro que ya ha cumplido dos décadas.

Para celebrar los veinte años de la publicación Falú y Herrero repasaron el disco en el Centro Cultural Kirchner, con una sala vacía cuando la pandemia era sólo incertidumbre. A pesar de eso, la calidez del concierto es próxima: , el brindis inicial del show.

En contacto con este medio, Falú habló sobre la colaboración junto a Herrero, mientras se encuentra en plena actividad como director y responsable artístico del Festival Guitarras del Mundo que dio inicio el pasado martes 18 e irá hasta el 30 de octubre, desperdigado en 33 sedes con presencia en todas las provincias argentinas. 

En la actual edición el concepto es , la guitarrística de estas tierras vibrando en el extranjero. “La decisión de invitar compatriotas residentes en el exterior tiene que ver con que sabemos lo que significa artística y afectivamente regresar a su tierra con el Guitarras del Mundo actuando como puente”.

-Pasaron más de veinte años de la salida de Leguizamón-Castilla, un disco que se gestó en los mismos días de la partida física del Cuchi. ¿Qué recuerda de ese trabajo y cómo fue el proceso de selección del repertorio?

Falú- Hace veinte años Liliana se acercó a mí para proponerme hacer un disco sobre Leguizamón. Yo le sugerí que fuese sobre Leguizamón y Castilla, pensando en una dupla que, tanto para ella como para mí, es fundamental en la historia de la música argentina. Esa idea nos hizo trabajar mucho, estudiamos las obras, tratamos de ir a las ediciones que Leguizamón publicaba en Editorial Lagos para ver cuál era la idea original de las composiciones. 

La idea siempre fue la de apoyarnos en versiones libres. Sólo hay dos temas con una pauta arreglada (Serenata del 900 y Vidala del nombrador), el resto fue todo versión espontánea, al punto tal que en las presentaciones en vivo las canciones tomaban otro vuelo. . 

-Hay una paradoja, por cierto, en la cual la obra de Leguizamón parece inextinguible al mismo tiempo que hay muy pocos registros del propio Cuchi. ¿Dónde está para usted la potencia de sus composiciones? 

Falú- Para mí no es sencillo decir en qué reside la cualidad creativa de un compositor como Leguizamón. Creo que no digo nada nuevo si señalo esa síntesis entre los gestos tradicionales que aparecen en sus composiciones y los otros, que son de una ruptura y, a veces, de una verdadera transgresión. Esa transgresión nunca llega a debilitar la identidad de sus géneros. . 

"Creo que el Cuchi es un ejemplo de esa cualidad de la música folklórica: la de hilvanar el ayer con el mañana a través del propio movimiento de una tradición musical"

- es un festival que tiene una trayectoria de autogestión, junto a una exigencia en las propuestas. ¿Cuáles son las joyas de esta edición 28º? Por otro lado, usted es un viajero: ¿cómo es apreciada la guitarrística argentina en el mundo?

Falú- Este año hacemos hincapié en la repatriación de guitarristas argentinos que están por el mundo, en muchos casos desarrollando un arte de excelencia. Entonces el mundo viene a través de manos argentinas. Vamos a presentar guitarristas que residen en Brasil, EEUU, Alemania, Suiza, Francia, además de las presencias extranjeras. La verdad es que no tenemos un atractivo central en el festival: la protagonista es la guitarra, mucho más que quién la toque. Esa es la clave del vínculo amoroso del festival.

En cuanto a la guitarrística argentina en el mundo, tengo que decir que es muy apreciada. La música argentina tiene sus cualidades, tiene la posibilidad de un abanico muy diverso: desde lo más vivaz a lo más melancólico. 

“La guitarra argentina por excelencia estuvo en manos de dos pilares que la hicieron trascender por el mundo. Hablamos de Eduardo Falú y Atahualpa Yupanqui”

-¿Cómo le gustaría a usted trazar el perfil del Cuchi? ¿Qué es lo que significa para la memoria su figura y su música?

Falú- Se me ocurre decir que el Cuchi es uno de los mejores ejemplos de que se puede amar la tradición sin ser tradicionalista.

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