La casa de apuestas que contrató, en la víspera de la Copa América, a René Higuita, argumentó que el histórico arquero colombiano tenía “una relación inseparable que nació en 1978” con su cabellera.

Cuarenta años después, al guardavallas que se hizo famoso por tirar el “escorpión” en el viejo estadio Wembley, le llegó el tiempo de las tijeras, para cumplir su promesa porque el representante de su país no fue campeón.

La temprana eliminación del equipo de Carlos Queiróz, en cuartos de final, desencadenó este presente.

Ahora, hizo una nueva promesa: “Dejármelo crecer”.