"Derretimiento" del chocolate: el cambio climático amenaza a la universal golosina

Es cierto que una suba de precios no es noticia en Argentina, porque todo sube.
Y los reacomodamientos relativos de precios son tan complejos y dependen de tantos factores, que casi nada puede sorprendernos.

Si agregamos que en las pascuas recientes, como todos los años, la demanda de huevos de pascua produjo la acostumbrada suba especulativa de todos los chocolates, ni el más perspicaz observador podría haber registrado lo que en el mundo se anuncia como “el derretimiento del chocolate”.

Un fenómeno de aumento global y sostenido de los precios del cacao provocados por las malas cosechas en los principales países productores del mundo, afectados de lleno por el calentamiento global.

Un largo camino recorrió el cacao desde que, mucho antes de que los españoles llegaran a América, los Aztecas hicieron popular el  “xocolatl”, la bebida energizante y amarga que obtenían tostando, moliendo y mezclando las semillas con agua.

De hecho, hoy en el mundo no son latinos, ni los principales productores ni los principales consumidores del mundo. 
La ingesta anual de chocolate puede superar los 8 kg por persona en Reino Unido, o los 5 kg en Estados Unidos y Europa. Más del doble de los 2 kilos por habitante y por año que se consumen en Argentina, donde consumimos lo mismo que el resto de América Latina.

En cuanto a la producción, el cultivo del cacao requiere de condiciones climáticas específicas que hacen que se produzca únicamente en una banda geográfica estrecha, cerca del Ecuador. Aunque algunos países latinoamericanos son importantes productores (Ecuador, Brasil, Perú), los principales productores del mundo son Costa de Marfil, Indonesia, Ghana y Camerún.

En las últimas semanas los precios del cacao subieron a máximos históricos en las bolsas de productos básicos de Londres y Nueva York, alcanzando más de 10.000 dólares la tonelada por primera vez, después de la tercera mala cosecha consecutiva en África occidental. Ghana y Costa de Marfil, que en conjunto producen más de la mitad de la cosecha mundial de cacao, se han visto afectadas por condiciones climáticas extremas agravadas por la crisis climática y el fenómeno climático de El Niño.

Pequeños productores

Hay un dato significativo: a diferencia de otros cultivos afectados por el cambio climático (como el té, el café o las bananas), el cacao se produce mayormente en pequeños establecimientos, con lo que el cuadro general se agrava porque los pequeños productores no tienen con que afrontar el requerimiento de reinversión en plantaciones envejecidas.

Empresas como Nestlé, propietaria de marcas emblemáticas de chocolates, anuncian que será necesario aumentar los precios para los consumidores después de que los precios del cacao se triplicaran en un año.

En su artículo sobre el tema, The Guardian cita a Amourlaye Touré, asesor principal de la ONG Mighty Earth: "Los precios récord del cacao beneficiarán poco a los propios países productores de cacao, ya que la materia prima se transforma en un producto terminado después de ser exportada".
Agregó que “los precios del cacao han alcanzado niveles récord en el mercado internacional. Paradójicamente, esto no significa mayores ingresos para los productores”. 

Es que el cacao sigue la lógica de muchas exportaciones de los países pobres: exportar materias primas para comprarlas elaboradas. En esas condiciones, los productores de cacao, no reciben mejores precios por sus semillas. 

Otros expertos advierten que pese a que la disminución de estos años ronda apenas el 10% de la producción mundial, no puede esperarse una recuperación inmediata, porque los árboles tardan varios años antes de entrar en producción desde que son implantados.