Al menos 100.000 "vuelos fantasmas" podrían volar por Europa este invierno debido a las normas de uso de los espacios en los aeropuertos de la UE, según un análisis de Greenpeace que acaba de publicarse.

Estos verdaderos “vuelos fantasmas” se programan para permitir que, en cumplimiento de normas europeas, las aerolíneas mantengan sus derechos de pista de despegue y aterrizaje en los principales aeropuertos. Pero no puede dejar de señalarse que también generarán hasta 2,1 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero, el equivalente a las emisiones anuales de 1,4 millones de automóviles promedio según la ONG.

“La Comisión de la UE, que exige a las aerolíneas que vuelen aviones vacíos para cumplir con una cuota arbitraria, no solo es contaminante sino extremadamente hipócrita considerando su retórica climática”, dijo Herwig Schuster, portavoz de la campaña Movilidad Europea para Todos de Greenpeace.

“Las emisiones del transporte se están disparando”, dijo. “Sería irresponsable por parte de la UE no aprovechar la oportunidad de poner fin a los vuelos fantasma y prohibir los vuelos de corta distancia donde hay una conexión de tren razonable”, medidas que hace tiempo exigen diversas organizaciones ambientalistas.

Cuando comenzó la pandemia de Covid, la Comisión Europea suspendió un índice de referencia que requería que las aerolíneas mantuvieran el 80% de sus operaciones de vuelo para conservar sus franjas horarias abiertas.
En octubre, Bruselas reimpuso el índice de referencia al 50 % y volverá a subirlo al 64 % en marzo de este año.

El CEO de Lufthansa, Carsten Spohr, pidió el tipo de “exenciones respetuosas con el clima” que se utilizan en otras partes del mundo. Un portavoz de la compañía dijo que entre enero y marzo de 2021, apenas el 45% de sus vuelos estaban completos.
En ese período hubo un 5%, unos 18.000 vuelos, “que definimos como innecesarios”, agregó el vocero. “Si no los realizábamos nos arriesgáramos a perder slots en ciertos aeropuertos de Europa; de no ser por la reglamentación, probablemente los hubiéramos cancelado y los hubiéramos juntado con otros vuelos existentes”.

Greenpeace aplicó la proporción de vuelos fantasma de Lufthansa a otras aerolíneas europeas basándose en la cuota de mercado del 17% de la aerolínea alemana, utilizando una estimación conservadora de 20 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero por cada vuelo.

El cálculo asumió un tiempo de vuelo promedio de 90 minutos en un avión de 200 plazas, en una distancia de 800 a 1000 km., suposiciones que Tim Johnson, director de la Aviation Environment Federation, consideró "acertadas", como reflejo de los vuelos típicos en continente europeo.

“Parece un ejemplo de desperdicio en la industria y creo que la gente se sorprenderá por la escala”, dijo. "Visibiliza un problema real: que las aerolíneas se ven obligadas a operar vuelos vacíos o con muy poca ocupación para mantener sus franjas horarias".

Los eurodiputados socialistas en el parlamento europeo han exigido respuestas sobre el problema, y Greta Thunberg, la líder de la huelga climática, tuiteó sarcásticamente que “la UE seguramente está en modo de emergencia climática”.

La Comisión Europea niega que las compañías aéreas estén operando vuelos fantasma, o que sus reglas de franjas horarias de "úsalo o piérdelo" hayan creado problemas.

Un portavoz de la comisión dijo: “Los vuelos vacíos son malos para la economía y el medio ambiente, razón por la cual tomamos varias medidas que permiten a las empresas no tener esos vuelos vacíos. Si las compañías aéreas deciden mantener los vuelos vacíos, es una decisión de la empresa, pero no es el resultado de las normas de la UE”.

Bruselas argumenta que ya ha reducido los requisitos de franjas horarias y que las aerolíneas pueden solicitar que incluso se suspendan si los vuelos se ven interrumpidos por "medidas sanitarias severas", como las restricciones de viaje que impusieron diversos gobiernos.

A principios de este mes, el director ejecutivo de Ryanair, Michael O'Leary, se quejó de que las grandes aerolíneas se beneficiaban de los generosos beneficios de la UE, “y ahora Lufthansa todavía no está contenta. No quieren operar vuelos fantasma porque: 'Ohhh, el medio ambiente'”, dijo.

La aerolínea irlandesa low cost quiere que Lufthansa venda los boletos no vendidos a precios bajos y que la comisión la obligue a liberar las franjas horarias no utilizadas.

Air France dice que quiere una mayor flexibilidad en las reglas de franjas horarias, pero un portavoz dijo que no daría datos sobre cuántos vuelos innecesarios y con capacidad insuficiente estaba volando actualmente.

Johnson dijo que era correcto centrarse en los impactos climáticos cuando se emitían innecesariamente enormes cantidades de CO2, pero que había una "batalla industrial más amplia" que apuntaba a la necesidad de reformar los criterios con que se asignan las rutas y las posiciones en los aeropuertos.

“Necesitamos algo que realmente recompense la eficiencia”, dijo. "Algún tipo de métrica de eficiencia como base para la asignación de franjas horarias que permitiría que un operador con un avión completo moderno sea preferido a los operadores rivales, que operan con factores de carga mucho más bajos o tecnologías más antiguas".