Hace cuatro días atrás se confirmaba que la presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Añez, dio positivo en Covid-19. 

Ahora, suman seis ministros de su gobierno con coronavirus: Karen Longaric, ministra de Relaciones Exteriores, y Oscar Ortiz, ministro de Economía, el ministro de Salud, María Eidy Roca; de la Presidencia, Yerko Núñez Negrette; de Minería, Jorge Fernando Oropeza; de Trabajo, Oscar Mercado, y de Justicia, Álvaro Coimbra. Este último es el único ya recuperado.

También contrajeron el virus el presidente del Banco Central, siete viceministros y una docena de parlamentarios, entre ellos la presidenta de la Asamblea, Eva Copa, dirigente del Movimiento al Socialismo (MAS, el partido del expresidente Evo Morales).

El diputado Julio Jiménez Llanque, de este mismo partido, falleció hace una semana por la complicación de su infección.

“Ahora estamos en un momento muy difícil: estamos subiendo el pico de la pandemia, pero estoy segura que unidos entre todos, colaborándonos, vamos a salir adelante. Tenemos que estar unidos en esta situación”, aseguro Áñez, a través de una videoconferencia en la que destacó la importancia de tener un sistema de salud fortalecido para poder reactivar al país.

“Ahora sí nos damos cuenta cuán importante es la salud, tenía que habernos pasado una crisis sanitaria para darnos cuenta de que sin salud no podemos trabajar, trabajar ni hacer deporte”, afirmó la mandataria, citada por el diario local Página Siete.

La ciudad que en este momento vive los peores efectos de la pandemia es Cochabamba, donde el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, ha anticipado que el Estado va a “intervenir o expropiar” una clínica y un cementerio privados para reforzar los servicios públicos. Murillo quiere hacer lo mismo en Santa Cruz de la Sierra, la metrópoli con más contagiados del país.

Bolivia vive, además, una profunda crisis política desde noviembre pasado, con la renuncia y denuncia de golpe de Estado de Evo Morales, tras ser reelecto por cuarta vez en unos cuestionados comicios en octubre, la asunción irregular de Añez y la nueva convocatoria a las urnas, que dividen a la opinión pública y a la dirigencia.