Donald Trump fue condenado este jueves por falsificar documentos para encubrir el pago a la actriz porno Stephanie Clifford para comprar su silencio antes de las elecciones del 2016.

La agencia Reuters informó que un jurado de Nueva York dictó la sentencia por unanimidad en los 34 cargos de los que era acusado el expresidente norteamericano.

La sentencia tiene una pena máxima de cuatro años e incluye la posibilidad de multas o libertad condicional para Trump.

El multimillonario mantiene una reñida campaña contra el presidente demócrata Joe Biden para volver a la Casa Blanca después de las elecciones del 5 de noviembre.

A los 77 años, Trump negó haber mantenido relaciones sexuales extramatrimoniales con la estrella porno conocida como Stormy Daniels en 2006, pero el jurado consideró probado que efectivamente le pagó por su silencio y que adulteró documentación para encubrir estos pagos.

¿Qué castigo recibirá el expresidente estadounidense?

En primer lugar, la sentencia se conocerá recién el 11 de julio.

Es una decisión que recae enteramente en el juez que lleva el caso, Juan Merchán. Los delitos por los que Trump fue declarado culpable (falsificar registros comerciales en primer grado) se clasifican como “delitos graves de clase E” que corresponden en Nueva York a la categoría más leve, y se castigan con hasta cuatro años de prisión.

O sea que, al menos teóricamente, Trump podría ir a parar a prisión.

Pero la mayoría de los especialistas sostienen que es poco probable que Trump sea sentenciado a prisión. En principio dos cuestiones serán tenidas en cuenta: es su primera condena y se trató de un delito en que el acusado actuó en un rol “no violento”.

El periódico inglés The Guardian, agrega una cuestión operativa que difícilmente pueda ignorarse. “Dado que es un ex presidente, tiene un destacamento del Servicio Secreto y también es el candidato republicano, por lo que un encarcelamiento sería muy difícil desde el punto de vista logístico, sin contar las implicancias políticas que el juez Merchan querría evitar."

Por lo tanto, lo más probable es que el castigo consista en multas, libertad condicional, servicio comunitario o alguna combinación de ellos.

La condena no quedará firme

Tanto los fiscales como los abogados de Trump presentarán recomendaciones para la sentencia. También lo hará la oficina de libertad condicional, que elaborará un informe confidencial de presentación para el juez. Todo lo cual debe ser atendido por Merchan.

Tan pronto se conozca la sentencia es casi seguro que Trump apelará inmediatamente. En ese caso, la pena quedaría en suspenso mientras esté pendiente una apelación, de cualquiera de las partes.

El proceso de apelación tardaría meses, incluso años, en desarrollarse, lo que significa que podría pasar algún tiempo antes de que la sentencia entre en vigor. Trump tiene 30 días para presentar una notificación de apelación del veredicto de culpabilidad y luego seis meses para presentar una apelación completa ante el primer departamento judicial, que atiende las apelaciones del condado de Nueva York.

Y aún si en esa instancia se confirmase una condena, Trump tiene chance de apelar ante el tribunal de apelaciones de Nueva York, el organismo de siete miembros que es el tribunal de apelaciones más alto del estado de Nueva York, en dónde las cuestiones discutidas serían ya cuestiones técnico legales complejas. Los hechos y la credibilidad de los testigos no serían temas de apelación.

Y si la corte de apelaciones de Nueva York confirmase la condena, Trump tendrá abierto aún la vía ante la Corte Suprema de Estados Unidos, que también podría decidir si acepta o no el caso. Faltan años para que haya una sentencia firme.

¿Y las presidenciales?

La condena probablemente no afectará la capacidad de Trump para votar en las elecciones de este otoño boreal. Florida, donde está empadronado, permite votar a las personas con una condena fuera del estado si el estado donde fueron condenadas lo permite. En Nueva York, alguien con una condena por un delito grave puede votar siempre que no esté encarcelado.

Como la condena no afectará la capacidad legal de Trump para postularse para presidente (en USA la constitución no prohíbe a los delincuentes postularse para cargos públicos) todo el proceso ocurrirá mientras Trump compite por la presidencia.

Con lo que podría darse el caso, improbable claro, de que presenciemos la discusión de si un presidente electo puede ejercer desde la prisión.
Eso si, no podrá indultarse, al menos de esta condena porque se trata de un delito de Estado y los presidentes no pueden perdonar este tipo de delitos.

Los antecedentes del juzgado

Merchan ya castigó a Trump dos veces durante el caso por violar una orden de silencio vigente, y la forma en que el juez manejó ambos episodios presenta una idea de cómo abordará cualquier posible castigo a Trump. El Juez es muy consciente de la dificultad logística de encarcelar a Trump y de las implicaciones políticas más amplias de hacerlo.

“Señor Trump, es importante entender que lo último que quiero hacer es meterlo en la cárcel. Usted es el ex presidente de Estados Unidos y posiblemente también el próximo presidente”, sentenció Merchan el 6 de mayo, cuando impuso una multa de 1.000 dólares acusando a Trump de desacato al tribunal por décima vez.

Continuó explicando por qué encarcelar a Trump en ese momento fue “verdaderamente un último recurso para mí... También me preocupan las personas que tendrían que ejecutar esa sanción: los funcionarios judiciales, los funcionarios penitenciarios, el destacamento del Servicio Secreto, entre otros”.

“Por supuesto, también soy consciente de las implicaciones más amplias de tal sanción. La magnitud de tal decisión no es unilateral. Pero, al final del día, tengo un trabajo que hacer, y parte de ese trabajo es proteger la dignidad del sistema judicial e imponer respeto”, añadió.