Ucrania acusó a Rusia de destruir la represa de la planta hidroeléctrica de Kakhovka, ubicada sobre el río Dniéper en la región ucraniana de Jersón, al sur de país, actualmente bajo ocupación rusa. El ataque ocurrió en la madrugada de este martes, provocó desbordamientos de agua en las inmediaciones, lo que obligó a múltiples evacuaciones en la zona.

La agencia de noticias estatal rusa Tass informó que se ha declarado el estado de emergencia en el distrito de Nova Kakhovka, donde al menos unas 600 casas estarían bajo el agua.

El estallido de parte de la represa provocó la inundación de numerosos pueblos al sur de la región de Jersón. El ataque se registró de madrugada en la central hidroeléctrica de Kajovka y las aguas del Dniéper comenzaron a fluir sin control río abajo, anegando miles de hectáreas a su paso.

Se ha declarado el estado de emergencia en el distrito de Nova Kakhovka, donde al menos unas 600 casas estarían bajo el agua. Fotografía: 20minutos.es

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, no tardó en acusar a Rusia de la voladura y la consideró un acto de "terrorismo" por parte de sus tropas.

"Rusia ha detonado una bomba de destrucción medioambiental masiva. Es un verdadero ecocidio. La destrucción de la central eléctrica de Kajovka solo confirma al mundo entero que deben ser expulsados de todos los rincones del territorio ucraniano", afirmó.

Por su parte, desde el Kremlin, rechazaron las acusaciones y afirmaron que el gobierno de Ucrania está detrás del ataque.

"Negamos rotundamente estas acusaciones. Se trata de un sabotaje deliberado, planeado y organizado por orden del régimen de Kiev", dijo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.

La agencia rusa TASS apuntó a que el ataque habría sido provocado por un misil MLRS ucraniano, algo que el propio Zelenski rechazó tajantemente: "Es físicamente imposible volarla de esta manera desde el exterior, mediante bombardeos. Se colocaron minas y fue una explosión deliberada. Sabían exactamente lo que estaban haciendo".

Imagen aérea de la represa de la planta hidroeléctrica de Kakhovka antes de la explosión. Fotografía: Reuters

Pero entre ese cruce de acusaciones, las autoridades ucranianas y rusas se vieron obligadas a evacuar a la población residente en áreas inundables controladas por sus tropas para evitar una catástrofe y desde primera hora de la mañana comenzaron a trasladar civiles a zonas seguras.

Catástrofe ecológica y ambiental

La presa de Kajovka embalsa un gran lago artificial de más de 2.000 kilómetros cuadrados y almacena más de 18.000 hectómetros cúbicos de agua, por lo que las consecuencias de la voladura son todavía difíciles de cuantificar, más allá del riesgo inmediato para la población.

En ese sentido, el primer ministro ucraniano, Denis Shmihal, alertó del impacto ecológico que puede provocar a medio y largo plazo por la erosión y "la contaminación de suelos y agua" que afectarán a los cultivos. Este martes ya se registró un vertido al río Dniéper de 150 toneladas de aceite hidráulico, procedente de unos depósitos inundados.

Asimismo, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) advirtió del riesgo que supone la destrucción de la presa para la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa y cuya refrigeración depende en buena medida del embalse de Kajovka.

Tras la voladura de parte de la represa continuaron los bombardeos en la zona. Fotografía: 20minutos.es

El director del organismo atómico, Rafael Grossi, constató un "descenso significativo" en el nivel del agua del pantano, a un ritmo "de cinco centímetros por hora", y explicó que "si el nivel desciende por debajo de los 12,7 metros ya no se podrá bombear agua" hacia la central. No obstante, subrayó que existen "fuentes de agua alternativas" para refrigerar la central en caso de emergencia.

La voladura de la presa también complica el suministro de electricidad y de agua potable en el sur de Jersón y puede ser un problema especialmente grave para las autoridades rusas porque afectará seriamente al abastecimiento de la población de Crimea.

El agua que consume esta península, anexionada por Rusia en 2014, depende en gran medida del embalse de Kajovka, que la abastece a través del canal Crimea del Norte. Antes de la anexión esa dependencia era del 85% y, aunque actualmente es menor, el canal aporta a Crimea unos 2 millones de metros cúbicos de agua diarios.

El gobernador ruso de Crimea, Serguéi Axiónov, admitió que "existe el riesgo de que se reduzca el caudal del canal de Crimea del Norte", aunque negó que exista riesgo de desabastecimiento porque los embalses de la península "se encuentran al 80% de su capacidad".

Fuente: 20minutos.es / elpais.com