Agricultores, economistas agrícolas y otros especialistas hacen un balance de los cultivos de este verano en los Estados Unidos y dicen que las condiciones de sequía y el clima extremo han causado estragos en muchos cultivos de campo, en frutas y verduras, y las estimaciones indican que los rendimientos pueden llegar a reducirse hasta en un tercio en comparación con el año pasado.

Maíz y trigo en problemas

El maíz estadounidense está en camino de producir su rendimiento más bajo desde la sequía de 2012, según analistas de Rabobank en su último reporte del agronegocio en Estados Unidos, en el que también anuncian que la cosecha de trigo rojo duro de invierno de este año fue la más pequeña desde 1963.

Aunque se espera que los volúmenes negociados sean los habituales para el período 2022, el informe añade que “sin lluvias significativas en los próximos 30 días, la cosecha de trigo rojo duro de invierno de EE. UU. de 2023 se sembrará en el polvo” anticipando complicaciones de mediano plazo para el trigo.

“Las expectativas de exportación de maíz ucraniano están aumentando y aliviarán parte de la presión al alza sobre los precios, pero cualquier señal de que los acuerdos que se desmoronan y los mercados volverán a crecer", dice el informe.

Tanto el USDA como organizaciones de productores han reducido su pronóstico para la cosecha de maíz el mes pasado debido a la sequía de este verano. Los últimos relevamientos indican que el rendimiento fue incluso peor de lo esperado, con el agravante de que las inspecciones a campo también encontraron que la calidad del maíz se había visto afectada como resultado del calor y las condiciones secas.

Cambiar de cultivos

En Texas, los agricultores de algodón se han alejado de casi el 70 por ciento de su cultivo porque los rendimientos son escasos. Según las cifras del mes pasado el abandono de la cosecha de algodón de Texas será el más alto registrado.

El panorama no es muy diferente en el arroz: la cosecha de California se estima en la mitad de lo que sería en un año normal. Pero el arroz no es el único cultivo en crisis en el principal productor de alimentos de Estados unidos: los agricultores consideran la posibilidad de renunciar a frutillas, tomates, lechugas y melones porque el agua disponible no es suficiente. Concentrarán su uso en cultivos como almendras, uvas y aceitunas, que exigen inversiones a largo plazo y tienen una recompensa económica mayor.

En ese contexto, hay expectativas de mejoras si, como se anuncia, hacia fin de año disminuye el fenómeno “La Niña”, que durante dos años consecutivos es responsable de una brutal sequía que afecta a toda América del Norte.  En cualquier caso, lo más probable es que los bajos rendimientos sean más que un problema momentáneo de este año, ya que el calentamiento global está alterando los patrones climáticos y provocando un cambio global en los rendimientos y en los retornos económicos para cada cultivo.

El mapa de la sequía. Fuente: The Washington Post / Hannah Dormido
El mapa de la sequía. Fuente: The Washington Post / Hannah Dormido

La sequía afectó al 40 por ciento del país durante las últimas 101 semanas, dice el meteorólogo del USDA Brad Rippey en un artículo que publica hoy The Washington Post.

“La cosecha 2021 de trigo de primavera, trigo duro y cebada tuvo los rendimientos más bajos que hemos visto desde la década de 1980. Los mayores impactos este año han sido las Grandes Llanuras Centrales y del Sur —Nebraska hacia el sur a través de Texas— y los dos grandes cultivos afectados este año son el sorgo granífero y el algodón”.

Tomates al rojo vivo

El citado artículo del Post recoge el testimonio de Aaron Barcellos, socio de una tomatera del condado de Fresno, California: “El verano pasado fue una decepción para los productores de tomate y todavía estamos en una situación de agua peor que el verano pasado”.

“Incluso el agua del río se redujo. Otros cultivos están compitiendo por esa misma agua, otros cultivos que tienen mejores rendimientos”, agregó. En su propia finca, producían 800 hectáreas de tomates en 2020, pero menos de la mitad el año pasado y apenas un cuarto en 2022.

El USDA estimó recientemente que la cosecha de tomates de este año será de 10,5 millones de toneladas, más de un millón de toneladas por debajo de una temporada normal, lo que se reflejará en los precios de la pizza, las salsas y el kétchup del próximo año.