El mandatario de El Salvador, Nayib Bukele, se encamina a renovar su mandato en las elecciones presidenciales y legislativas que se celebraron este domingo 4 de febrero.

Una encuesta indicaba que el mandatario ganaría con una diferencia aplastante del 70,9% de los votos, mientras que los opositores unidos no llegarían al 10%. Tras el cierre de los comicios, no pareciera haber sorpresas.

En una conferencia de prensa luego del cierre de la votación Bukele se refirió a al presidente argentino Javier Milei: “Le deseo lo mejor y si podemos colaborar en algo, estamos a la orden”.

Además de presidente, también se eligieron a 60 diputados del congreso unicameral y a 20 del Parlamento Centroamericano.

Algunos representantes de partidos políticos de la oposición denunciaron anomalías en el proceso.

"Lo que se pone en juego en estas elecciones es nada más ni nada menos que la democracia como la hemos concebido, el Estado de Derecho, la República en sí", afirmaba en declaraciones a Télam el periodista de investigación salvadoreño Fernando Romero, quien evaluó que desde su llegada al poder, Bukele se ha caracterizado por "destruir" la democracia que se había empezado a construir luego de los Acuerdos de Paz de 1992, que pusieron fin a los enfrentamientos entre el Gobierno y la guerrilla.

"Le están dando al presidente, que ya desde el 4 de febrero se convertiría en presidente electo inconstitucional, una carta blanca", alertaba Romero, en referencia a que la Constitución prohíbe expresamente la reelección. Sin embargo, la mayoría obtenida por Bukele en las elecciones de medio término (2021) le permitió al mandatario sustituir, sin proceso legal, a los jueces de la Sala Constitucional por otros afines a su partido, Nuevas Ideas, que reinterpretaron el texto y habilitaron la reelección.