La Comisión de Bolsa y Valores (SEC por sus siglas en inglés), órgano rector de la operatoria bursátil en Estados Unidos, planea exigir a todas las empresas que cotizan en bolsa que divulguen sus emisiones de gases de efecto invernadero y los riesgos climáticos que enfrentan sus negocios, como parte del impulso más amplio de la administración Biden para obligar al sector privado a tener en cuenta los peligros de un mundo que se calienta.

Según una nueva regla que la SEC propondría en breve, cientos de empresas deberán medir y divulgar las emisiones de gases de efecto invernadero de manera estandarizada, según fuentes internas que comentaron la iniciativa con The Washington Post en condición de anonimato.
La medida podría marcar la revisión más radical de las reglas de divulgación corporativa en más de una década, y colocaría a Estados Unidos junto a otros países que comenzarán a informar sobre emisiones obligatorias en los próximos tres años.

La nueva regla podría transformar a la SEC, un órgano de control bursátil, en uno de los principales divulgadores de información relacionada con el ambiente y el clima, un papel en el que el  regulador de Wall Street carece de experiencia y autoridad.

Los accionistas de las empresas cotizantes exigen cada vez más información sobre los riesgos que el cambio climático podría representar para sus inversiones, argumentando que los crecientes desastres climáticos y las regulaciones ambientales podrían limitar el crecimiento de las empresas que no se preparan para ellos o bien que las demandas por daños ambientales podrían significar enormes pérdidas.

 “Estas reglas de divulgación son fundamentales para garantizar que Wall Street no pueda continuar haciendo inversiones que agudicen la crisis climática”, dijo la senadora Elizabeth Warren (demócrata por Massachusetts). “El pueblo estadounidense y los inversores financieros tienen derecho a conocer los riesgos de estas inversiones, y la SEC ha tardado demasiado en tomar medidas”.

Como a cada quién le parezca

Si bien muchas empresas ya comparten voluntariamente algunos detalles sobre su impacto ambiental, hay grandes discrepancias en la forma en que calculan las emisiones de carbono.
Por ejemplo, Coca-Cola cuenta las emisiones totales generadas por sus instalaciones, proveedores y clientes al fabricar y consumir sus productos.

Tesla, que promociona sus vehículos eléctricos de cero emisiones, comparte solo las emisiones generadas al crear una sola línea de automóviles, el Model 3, y explica en su informe de impacto más reciente que este es "un buen indicador para comprender el impacto de las emisiones de nuestro negocio." Toda la huella ambiental de la propia producción y uso del vehículo queda librada a la imaginación o al cálculo de organizaciones independientes.

La tapa del reporte integrado de Coca Cola en 2020: resultados económicos, ambientales y sociales, todo en un solo informe. Imagen: coca-colacompany.com

La SEC debate si debe exigir a las empresas que sigan el ejemplo de Coca-Cola, divulgando todas las emisiones producidas por sus proveedores y clientes. Pero este conjunto más amplio de datos suele ser muy complejo de calcular, por lo que los comisionados han considerado la posibilidad de introducir gradualmente este requisito en el futuro y posiblemente limitarlo solo a las empresas más grandes.

No pasarán

Como es de prever, los grupos empresariales se oponene a que el gobierno federal exija cualquier divulgación ambiental. La Cámara de Comercio de EE. UU., el grupo de presión empresarial más grande del país, argumenta que debido a que los datos ambientales son "intrínsecamente inciertos", las empresas no deberían verse obligadas a incluirlos en sus actualizaciones anuales a los inversores, porque esto los haría legalmente responsables y, por ende, demandables.

En línea, los republicanos instan a la administración Biden a detener su trabajo sobre las regulaciones financieras relacionadas con el clima en medio de la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania. En una carta reciente a la secretaria del Tesoro, Janet L. Yellen, los republicanos del Comité Bancario del Senado escribieron que la SEC y otros reguladores financieros federales deberían abstenerse de emitir reglas que “puedan desalentar la producción de energía en el futuro”. La contaminación: bien, gracias.

La regla propuesta por la SEC pasará por un período de comentario público antes de que los cuatro comisionados de la agencia voten sobre una regla final: tres demócratas y un republicano. Es probable que la regulación enfrente desafíos legales sobre la base de la autoridad que tendría la Comisión para abordar los problemas climáticos, dijo Kathleen Sgamma, directora del grupo de la industria del petróleo y el gas Western Energy Alliance, anticipando futuros litigios contra cualquier norma de este tipo.

La administración Biden ha instado cada vez más al sector privado a lidiar con los riesgos del aumento de las temperaturas. La administración publicó un informe en el otoño advirtiendo que el cambio climático representa una amenaza emergente para la estabilidad del sistema financiero de EE. UU. e instando a los reguladores bancarios a tomar medidas para mitigar esa amenaza.

La SEC se abordó por primera vez la política climática en 2010, cuando emitió formalmente una guía para que las empresas compartieran información sobre el cambio climático cuando represente un riesgo "material" para su negocio. Los accionistas se quejaron de que las empresas interpretaron esta guía de maneras muy diferentes, y algunas publicaron extensos informes de sostenibilidad que describen sus impactos climáticos y otras ignoraron el tema por completo.

En otros países

Estados Unidos sigue a otros países que ya han propuesto mandatos de divulgación climática en línea con los estándares del grupo de trabajo de la SEC. Gran Bretaña y Japón planean exigir que ciertas grandes empresas divulguen sus emisiones a partir de abril, mientras que la Unión Europea obligará a todas las grandes empresas que cotizan en la bolsa de valores europea a informar sus emisiones a partir de 2024.

Algunos grupos empresariales estadounidenses han presionado para que la regla de la SEC excluya las emisiones de "alcance 3", las generadas por proveedores y clientes, como los conductores que llenan sus automóviles con gasolina.
Sin embargo, los activistas climáticos argumentan que la regla carecerá de fuerza si omite las emisiones de alcance 3, que representan, por ejemplo, aproximadamente el 85 por ciento de la huella de carbono de ExxonMobil, según Carbon Tracker Initiative, un grupo ambiental que asesora a inversionistas institucionales.