El oeste y gran parte del sur de Estados Unidos están experimentando este fin de semana una ola de calor "extremadamente peligrosa" con temperaturas que alcanzan los 47 grados centígrados en algunas ciudades. El Servicio Meteorológico Nacional estadounidense (NWS, por sus siglas en inglés) ha emitido un comunicado advirtiendo sobre esta situación.

El NWS ha declarado que se espera que una ola de calor abrumadora y extremadamente peligrosa afecte al oeste y partes del sur del país durante este fin de semana. Además, se prevé que se establezcan varios récords de temperatura y que los problemas de calidad del aire sean habituales en diversas regiones de Estados Unidos.

Se estima que más de 90 millones de estadounidenses se encuentran en áreas bajo alerta por altas temperaturas. El NWS pronostica que el calor se mantendrá estacionario en estas regiones durante los próximos días.

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En Phoenix, la capital de Arizona, uno de los estados más afectados, se esperaba una temperatura de 47 °C a última hora de la tarde, lo que marcaría el décimo sexto día consecutivo con máximas por encima de los 43 °C. Parte de este estado, ubicado en el suroeste de Estados Unidos, se encuentra bajo nivel de alerta "magenta", que representa el nivel más alto de advertencia del NWS para condiciones de calor extremo y duradero.

En el sur de California, los bomberos han estado luchando desde el viernes contra varios incendios violentos que han arrasado más de 1.214 hectáreas y han obligado a la evacuación de la población. Según el climatólogo Daniel Swain, de la Universidad de California en Los Ángeles, se espera que el Valle de la Muerte alcance o incluso supere la temperatura más alta registrada de manera fiable en la Tierra, que fue de 54,4 °C en 2020 y 2021 en el mismo lugar.

Tweet de National Weather Service

Otras regiones de Estados Unidos también corren el riesgo de sufrir inclemencias meteorológicas. El NWS advierte sobre la posibilidad de tormentas eléctricas fuertes a violentas, lluvias torrenciales e inundaciones en varios lugares, especialmente en Nueva Inglaterra, que ya está saturada debido a las recientes precipitaciones. Esta región del noreste del país, y en particular el estado de Vermont, ha experimentado inundaciones históricas y catastróficas esta semana como resultado de las lluvias torrenciales.

Los expertos atribuyen esta ola de calor a las emisiones de gases de efecto invernadero, que están aumentando la intensidad, duración y frecuencia de estos fenómenos. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos ha señalado que las olas de calor están ocurriendo con más frecuencia que nunca en las principales ciudades del país.

La EPA destaca que la frecuencia de las olas de calor ha aumentado constantemente, pasando de un promedio de dos olas de calor al año en la década de 1960 a seis al año en las décadas de 2010 y 2020. Además, los incendios en Canadá han vuelto a enviar columnas de humo hacia el vecino del sur, y varios estados del norte de Estados Unidos, como Montana y Dakota del Norte, han experimentado niveles "nocivos" de calidad del aire.

Las autoridades y los ciudadanos están tomando precauciones adicionales para hacer frente a esta ola de calor sin precedentes y mitigar sus efectos en la salud y el bienestar de la población.