El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden  anunció la prohibición de importación de petróleo ruso, en lo que se considera que será un duro golpe para Rusia y su economía. Por su parte, el gobierno británico tomaría la misma determinación en consonancia con esa decisión aunque de forma gradual hasta fin de año.

"No subvencionaremos la guerra de (Vladímir) Putin", afirmó Biden, en una comparecencia en la que abogó por seguir aumentando la presión sobre Rusia tras "el paquete de sanciones económicas más significativo de la historia".

Durante la mañana de este martes, el senador demócrata estadounidense Chris Coons había adelantado que se tomaría esa decisión. “Es probable que la Casa Blanca prohíba las importaciones de petróleo ruso y está trabajando en estrecha colaboración con los aliados europeos sobre el tema”, aseveró.

Por ello, y de manera repentina tras años de sanciones económicas, el gobierno estadounidense decidió reabrir el diálogo con Venezuela, para explorar la posibilidad de lograr un acuerdo que le permita importar petróleo desde el país sudamericano, importante productor mundial. Las negociaciones fueron admitidas oficialmente por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y por los enviados estadounidenses.

Mientras tanto, la decisión de suspender las importaciones de petróleo y gas rusos, no sería apoyada por otros países europeos como Alemania, cuyo canciller, Olaf Scholz, advirtió que es muy difícil que su país y otros del continente se sumen a esa sanción contra Rusia. “Las importaciones de energía desde Rusia son esenciales para Europa”, señaló. Cabe señalar que el 40 por ciento del gas que emplea Europa es provisto por Rusia. 

Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó hoy que es “imperativo” que los países europeos dejen de confiar en la energía rusa, poco después de que Gazprom, el gigante energético de Rusia anunciara que sigue entregando con normalidad gas a los consumidores de Europa. ”En este momento, existe una oportunidad no solo significativa, sino también imperativa, para que muchos países en Europa se liberen de la dependencia de la energía rusa”.

Sin embargo, desde Francia salieron al cruce de la decisión que podría tomar la Unión Europea. Según publica la agencia de noticias AFP, desde el entorno de la ministra francesa de Transición Ecológica, Barbara Pompili, pidieron un "poco de coordinación de la medida". Según Francia, que ejerce la presidencia pro témpore del Consejo de la UE, Europa importa el 40% de su gas de Rusia, por lo que se encuentra en una situación diferente a Estados Unidos. “Comprendemos la posición estadounidense”, pero “no tienen la misma situación energética que nosotros”, con lo cual se especula que ese país y otros no acompañarían una medida de esa naturaleza.