El papa Francisco inició este sábado el 43º Viaje Apostólico al corazón de Asia y visitó Ulán Bator, capital de Mongolia.

Este domingo, afirmó que el fundamentalismo "pone en peligro la paz" y pidió "que no haya ninguna confusión entre credo y violencia", al encabezar un encuentro interreligioso y ecuménico en Mongolia, en el que buscó estrechar lazos con el budismo y antes de celebrar una misa para 2.000 fieles en la que volvió a mostrar su acercamiento a China al pedir a los católicos de ese país "que sean buenos cristianos y buenos ciudadanos".

"Que la memoria de los sufrimientos padecidos en el pasado, pienso sobre todo en las comunidades budistas, nos dé la fuerza para transformar las heridas sombrías en fuentes de luz", pidió hoy el pontífice al encabezar un encuentro interreligioso y ecuménico en Mongolia, un país con apenas 1.500 católicos pero con una mayoría budista cercana al 53% de la población. 

La referencia a las persecuciones al budismo se leen como un guiño del pontífice hacia una fe perseguida por los regímenes comunistas de toda Asia Central, incluida Mongolia.

"Al reunirnos hoy, nos comprometemos a compartir todo ese bien que hemos recibido, para enriquecer a una humanidad que, en su caminar, a menudo se encuentra desorientada por miopes búsquedas de lucro y bienestar, y a menudo también es incapaz de volver a encontrar el hilo conductor", destacó en esa dirección.